“Le rogué que Dios no se la llevara”, cuenta Sabrina Olmedo a ChurchPOP en Español, y le pidió al beato Carlo Acutis que intercediera por su mamá, Nélida. Estaba gravemente enferma de COVID-19, y aunque nunca perdió la esperanza ya se preparaba para lo peor.

Mí mamá se contagió de coronavirus, la tuvieron que internar y en nuestra provincia el sistema de salud estaba colapsado“, relata Sabrina desde Neuquén, Argentina, recordando aquel viernes 9 de octubre. Aún no lo sabía pero al día siguiente, Carlo Acutis sería reconocido como beato.

No había respirador para ella, aquí se había comenzado a seleccionar a qué personas intubar”. La única posibilidad que tenía su mamá era un casco diseñado en Argentina que ayuda en la provisión de oxígeno a los pacientes.

Sin embargo, muchas personas mayores no toleran usar ese casco por la presión del oxígeno que en muchos pacientes da la sensación de ahogamiento, aunque no les falta aire en verdad.

“El primer día de la internación el pronóstico fue muy desalentador, dependía de que ella tolerara”, recuerda Sabrina. “Si ella se cansaba de respirar o se sacaba el casco, sus pulmones no lo iban a tolerar porque estaba mal“.

Esa misma noche del viernes, el complejo cuadro de COVID-19 le produjo a Nélida dos paros cardio-respiratorios pero los médicos la pudieron sacar adelante.

Y en medio de la desesperación, conoció al beato Carlo Acutis

Yo no era para nada creyente, más allá de que mi mamá era super católica, yo no“, reconoce. “Pero ese sábado -el día de la beatificación de Carlo Acutis- me acuerdo que estaba muy mal, y estaba leyendo las noticias para ver si se desocupaba un respirador para mi mamá”.

Entonces, reconoce entre lágrimas, “leo lo de este chico Carlo, empecé a leer la noticia y cuando vi la imagen le pedí por mi mamá; fue eso, rogarle para que Dios no se la llevara y le diera la fuerza necesaria para tolerar lo que estaba sucediendo“.

Sabrina cuenta que no la podían ver porque estaba internada y además ella también estaba enferma, de modo que estaba aislada en su hogar.

Y así fue, se lo pedí todos los días. Hice una captura de su imagen, lo miraba y le pedía que por favor Dios no se la llevara. Y el 27 de octubre a mi mamá le dieron el alta“.

“Realmente todos dicen que fue un milagro, por su edad y por todas las complicaciones que tiene. Tiene EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), obesidad, hipertensión y es insulino dependiente (diabetes)”.

Ya pasaron varias semanas y su mamá continúa mejorando de las secuelas que le dejó el COVID-19. Aunque tiene que usar oxígeno, ya asiste a kinesiología para volver a respirar sin esa asistencia.

Si me preguntaras cómo apareció esa noticia, y por qué yo la leí, cuando jamás leía cosas que tuvieran que ver con la Iglesia… Si me dijeses cómo apareció ese día esa noticia, no lo sé, por qué me llamó la atención su rostro… tampoco lo sé“, reconoce Sabrina.

Pero hoy sabe que el beato Carlo Acutis intercedió por su mamá y le está agradecida de por vida por ello. “Ahí empezó mi Fe. Me dio esa pequeña luz de saber que hay algo más allá”.

¡Beato Carlo Acutis, ruega por nosotros!

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