Muchos sacerdotes advierten sobre el crecimiento del satanismo y lo vinculan a la peligrosa sucesión de profanaciones a iglesias. El encuentro entre un diácono y una satanista al interior de una parroquia alerta a todos los fieles sobre lo atentos que deben estar para evitar actos sacrílegos.

En un artículo escrito en Exorcist Diary, Monseñor Stephen Rossetti cuenta la experiencia de un diácono que pudo evitar la profanación de la Eucaristía de su parroquia.

El alarmante encuentro entre un diácono y una satanista en un parroquia

Esto es lo que escribió el diácono quien también era policía en servicio activo.

“Al entrar a la iglesia me encontré con una joven que obviamente había bajado del santuario y estaba en el pasillo. Cuando se acercó sonriendo (…) observé un tatuaje en la base de su cuello. Inmediatamente lo reconocí como un símbolo de Satanás: una cruz invertida. Luego pronunció algunas blasfemias contra Dios y Jesús”, cuenta el diácono.

“Miré al altar para ver si el tabernáculo había sido perturbado o si el altar había sido difamado. Confiado en que no había ocurrido nada grave, le pregunté: “¿Qué tienes en la taza?”. (Sostenía un vasito infantil lleno de líquido transparente y un lirio blanco que provenía de nuestro arreglo de altar)”.

Y continúa: “Ella sonrió de nuevo y dijo: ‘Es solo un poco de [blasfemia] agua bendita’. ‘¿Porqué querrías eso?’ Pregunté, sin pestañear ante sus blasfemias. ‘Lo necesito para los exorcismos. Soy una bruja. Adoro a Satanás’. Metí la mano en la pila de agua bendita y me bendije. Ella dijo: ‘Mantén esa [blasfemia] alejada de mí’ y retrocedió dos pasos. Sin duda buscaba el acceso al Santísimo Sacramento y se conformó con el agua bendita”.

Luego el diácono le dijo que era policía y que se fuera de la parroquia. La joven obedeció pero “escribió en nuestro folleto de intenciones Oración de los Fieles a la entrada de la iglesia. Garabateó en las hojas una invitación a orar a Satanás y ‘disfrutar de la vida'”.

“La iglesia de Satanás existe. Predican una indulgencia en todas las cosas que hacen que uno se sienta bien. Reconocí este “dogma” en su nota para “disfrutar de la vida”. El mal viene a nosotros sonriendo, tal como lo hizo esta bruja. Ofrecí un rosario a Nuestra Señora por su conversión”, explica el diácono.

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