Aquí tienes una oración para la Epifanía del Señor que puedes rezar en familia. Todos alrededor del pesebre o nacimiento dicen: “En el Nombre del Padre y del Hijo Y del espíritu Santo. Amén”.

Oración para la Epifanía del Señor

Himno

Reyes que venís por ellas,no busquéis estrellas ya,porque donde el sol estáno tienen luz las estrellas.

Mirando sus luces bellas,no sigáis la vuestra ya,porque donde el sol estáno tienen luz las estrellas.

Aquí parad, que aquí estáquien luz a los cielos da:Dios es el puerto más cierto,y si habéis hallado puertono busquéis estrellas ya.

No busquéis la estrella ahora:que su luz ha oscurecidoeste Sol recién nacidoen esta Virgen Aurora.

Ya no hallaréis luz en ellas,el Niño os alumbra ya,porque donde el sol estáno tienen luz las estrellas.

Aunque eclipsarse pretende,no reparéis en su llanto,porque nunca llueve tantocomo cuando el sol se enciende.

Aquellas lágrimas bellasla estrella oscurecen ya,porque donde el sol estáno tienen luz las estrellas. Amén.

Lectura Bíblica: Mt. 2, 1-12

“Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén y preguntaron: ‘¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo’.

Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén. Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías.

En Belén de Judea, –le respondieron–, porque así está escrito por el Profeta: ‘Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel’.

Herodes mandó llamar secretamente a los magos y después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella, los envió a Belén, diciéndoles: ‘Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle homenaje’.

Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría, y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones, oro, incienso y mirra. Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino”.

Si se desea, en este momento tres miembros de la familia colocan las imágenes de los reyes magos en el pesebre junto al Niño Jesús.

Reflexión de San Juan Pablo II 

“En esta fiesta de la Epifanía del Señor, el Evangelio de san Mateo habla de una misteriosa estrella, que guió a los Magos primero hasta Jerusalén y después hasta Belén, donde adoraron al Niño Jesús” (cf. Mt 2, 2. 7. 9. 10).

La estrella que conduce a los Magos hacia Cristo evoca la rica simbología de la luz, muy presente en la Navidad. Dios es luz, y el Verbo hecho hombre es “luz del mundo” (Jn 8, 12), luz que guía el camino de las gentes”.

Oración para la Epifanía 

Señor Jesús: que a imitación de los Magos de Orientevayamos también nosotros frecuentementea adorarte en tu Casa que es el Temploy no vayamos jamás con las manos vacías.

Que te llevemos el oro de nuestras ofrendas,el incienso de nuestra oración fervorosa,y la mirra de los sacrificios que hacemos para permanecer fieles a Ti,
y que te encontremos siempre junto a tu Madre Santísima María,a quien queremos honrar y venerar siemprecomo Madre Tuya y Madre nuestra.Amén.

Se pueden añadir también algunas peticiones y para concluir se reza un Padrenuestro, un Avemaría y tres veces el Gloria.

Todos concluyen diciendo: “En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén”.

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