¡Es el octavo día de la novena a la Divina Misericordia! La Coronilla de la Divina Misericordia fue la oración que el mismo Jesús enseñó a Santa María Faustina Kowalska.
Jesús le dijo en una visión que quien la recite recibirá gran misericordia a la hora de la muerte:
“Alienta a las personas a decir la Coronilla que te he dado. (…) Quien la recite recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes la recomendarán a los pecadores como su último refugio de salvación. Aún si el pecador más empedernido hubiese recitado esta Coronilla al menos una vez, recibirá la gracia de Mi infinita Misericordia. Deseo conceder gracias inimaginables a aquellos que confían en Mi Misericordia”. (Diario de Santa Faustina).
El octavo día de la novena a la Divina Misericordia comienza con una breve plegaria y continúa con el rezo de la coronilla.
Octavo día de la novena a la Divina Misericordia
Hoy, tráeme a las almas que están en la cárcel del purgatorio y sumérgelas en el abismo de mi misericordia. Que los torrentes de mi sangre refresquen el ardor del purgatorio. Todas estas almas son muy amadas por mí. Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a mi justicia. Está en tu poder llevarles el alivio. Haz uso de todas las indulgencias del tesoro de mi Iglesia y ofrécelas en su nombre. Oh, si conocieras los tormentos que ellas sufren ofrecerías continuamente por ellas las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con mi justicia.
Jesús misericordiosísimo, tú mismo has dicho que deseas la misericordia, he aquí que yo llevo a la morada de tu compasivísimo Corazón a las almas del purgatorio, almas que te son muy queridas, pero que deben pagar su culpa adecuada a tu justicia. Que los torrentes de sangre y agua que brotaron de tu Corazón, apaguen el fuego del purgatorio para que también allí sea glorificado el poder de tu misericordia.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas que sufren en el purgatorio y que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Te suplico por la dolorosa pasión de Jesús, tu Hijo, y por toda la amargura con la cual su sacratísima alma fue inundada, muestra tu misericordia a las almas que están bajo tu justo escrutinio. No las mires sino a través de las heridas de Jesús, tu amadísimo Hijo, ya que creemos que tu bondad y tu compasión no tienen límites. Amén.
Rezar la Coronilla de la Divina Misericordia. (Aquí tiene una pequeña infografía)
¡Ya puedes rezar el octavo día de la novena a la Divina Misericordia!
Si quieres conocer las 14 promesas de Jesús a quienes recen esta coronilla haz click AQUÍ.
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[Ver: Religiosa tuvo una experiencia mística de la Divina Misericordia y escribió esta oración]