Las oraciones pronunciadas con fe y humildad tienen un gran poder. En este artículo compartimos 4 plegarias que pueden ayudarte en los momentos difíciles y para combatir todo mal.

Jesús dijo que “todo lo que pidan en la oración con fe, lo alcanzarán” (Mt 21, 22) y ” que si tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, dirían a esta montaña: ‘Trasládate de aquí a allá’, y la montaña se trasladaría; y nada sería imposible para ustedes” (Mt 17, 20).

“La oración, sepámoslo o no, es el encuentro de la sed de Dios y de la sed del hombre. Dios tiene sed de que el hombre tenga sed de Él (CIC 2560). Si tu corazón está cerca de Dios, tus oraciones tienen un poder inmenso.

Estas son 4 efectivas oraciones para blindarte contra todo mal:

Oración Alma de Cristo para superar una amenaza

Alma de Cristo, santifícame.

Cuerpo de Cristo, sálvame.

Sangre de Cristo, embriágame.

Agua del costado de Cristo, lávame.

Pasión de Cristo, consuélame.

Oh buen Jesús, escúchame.

Escóndeme entre tus llagas.

No permitas que me separe de ti.

Defiéndeme del enemigo maligno.

En la hora de mi muerte, llámame.

Haz que yo venga a ti para alabarte

con todos los santos

por los siglos de los siglos.

Amén.

Invocaciones a Nuestro Señor Jesucristo para superar un momento difícil

Jesús, Hijo del Dios vivo, ten

misericordia de mí.

Jesús, imagen del Padre,

Jesús Sabiduría eterna,

Jesús, esplendor de la luz eterna,

Jesús, Hijo de la Virgen María,

Jesús Dios y hombre,

Jesús, Sumo Sacerdote,

Jesús, heraldo del reino de Dios,

Jesús, camino, verdad y vida,

Jesús, pan de vida,

Jesús, vid verdadera,

Jesús, hermano de los pobres,

Jesús, amigo de los pecadores,

Jesús, médico del alma y del cuerpo,

Jesús, salvación de los oprimidos,

Jesús, consuelo de los abandonados,

Tú que viniste a este mundo, ten misericordia de mí

Tú que liberaste a los oprimidos por el Diablo,

Tú que pendiste de la Cruz,

Tú que moriste por nosotros,

Tú que yaciste en el sepulcro,

Tú que descendiste a los infiernos,

Tú que resucitaste de entre los muertos,

Tú que ascendiste a los cielos,

Tú que enviaste al Espíritu Santo a los Apóstoles,

Tu que te sientas a la derecha del Padre,

Tú que has de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.

Por tu encarnación, líbrame, Señor

por tu nacimiento,

por tu bautismo y tu santo ayuno,

por tu Cruz y tu Pasión,

por tu muerte y resurrección,

por tu admirable ascensión,

por la efusión del Espíritu Santo,

por tu gloriosa venida,

Sálvame, Cristo Salvador, por la fuerza de tu Cruz + [el fiel puede signarse]. Tú que salvaste a Pedro en el mar, ten misericordia de mí. Por el signo de la Cruz +, líbranos de nuestros enemigos, Dios nuestro.

Por tu Cruz + sálvanos, Cristo redentor, que muriendo destruiste nuestra muerte y resucitando restauraste la vida.

Honramos tu Cruz +, Señor. Recordamos tu gloriosa Pasión. Ten compasión de nosotros, tu que padeciste por nosotros.

Te adoramos Cristo y te bendecimos, que por tu santa Cruz + redimiste al mundo.

Plegaria para obtener ayuda ante un enemigo

Dios omnipotente, que a los abandonados los haces habitar en tu casa, y concedes la felicidad a los cautivos, mira mi aflicción, y ven en mi auxilio, vence al enemigo inicuo, de modo que superada la presencia del adversario, mi libertad alcance su descanso y restituido a la tranquila devoción pueda confesar que eres admirable y que concediste a tu  pueblo la fuerza.

Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Oración por la curación interior

Señor Jesús, tú has venido a curar

los corazones heridos y atribulados,

te ruego que cures los traumas que provocan

turbaciones en mi corazón;

te ruego, en especial, que cures

aquellos que son causa de pecado.

Te pido que entres en mi vida,

que me cures de los traumas psíquicos

que me han afectado en tierna edad

y de aquellas heridas que me los han provocado

a lo largo de toda la vida.

Señor Jesús, tú conoces mis problemas,

los pongo todos en tu corazón de Buen Pastor.

Te ruego, en virtud de aquella gran llaga

abierta en tu corazón,

que cures las pequeñas heridas que hay en el mío.

Cura las heridas de mis recuerdos,

a fin de que nada de cuanto me ha acaecido

me haga permanecer en el dolor,

en la angustia, en la preocupación.

Cura, Señor, todas esas heridas que, en mi vida,

han sido causa de raíces de pecado.

Quiero perdonar

a todas las personas que me han ofendido,

mira esas heridas interiores

que me hacen incapaz de perdonar.

Tú que has venido a curar los corazones afligidos,

cura mi corazón.

Cura, Señor Jesús, mis heridas íntimas

que son causa de enfermedades físicas.

Yo te ofrezco mi corazón,

acéptalo, Señor, purifícalo y dame

los sentimientos de tu Corazón divino.

Ayúdame a ser humilde y benigno.

Concédeme, Señor,

la curación del dolor que me oprime

por la muerte de las personas queridas.

Haz que pueda recuperar la paz y la alegría

por la certeza de que tú eres la Resurrección y la Vida.

Hazme testigo auténtico

de tu Resurrección,

de tu victoria sobre el pecado y la muerte,

de tu presencia de Viviente entre nosotros.

Amén.

Oración contra todo mal

Espíritu del Señor, Espíritu de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Santísima Trinidad, Virgen Inmaculada, ángeles, arcángeles y santos del paraíso, descended sobre mí.

Fúndeme, Señor, modélame, lléname de ti, utilízame.

Expulsa de mí todas las fuerzas del mal, aniquílalas, destrúyelas, para que yo pueda estar bien y hacer el bien.

Expulsa de mí los maleficios, las brujerías, la magia negra, las misas negras, los hechizos, las ataduras, las maldiciones y el mal de ojo; la infestación diabólica, la posesión diabólica y la obsesión diabólica; todo lo que es mal, pecado, envidia, celos y perfidia; la enfermedad física, psíquica, moral, espiritual y diabólica.

Quema todos estos males en el infierno, para que nunca más me toquen a mí ni a ninguna otra criatura en el mundo.

Ordeno y mando con la fuerza de Dios omnipotente, en nombre de Jesucristo Salvador, por intercesión de la Virgen Inmaculada, a todos los espíritus inmundos, a todas las presencias que me molestan, que me abandonen inmediatamente, que me abandonen definitivamente y que se vayan al infierno eterno, encadenados por san Miguel arcángel, por san Gabriel, por san Rafael, por nuestros ángeles custodios, aplastados bajo el talón de la Virgen Santísima Inmaculada.

Invocación para colocarse bajo la protección de la Virgen María

Bajo tu protección nos acogemos,

Santa Madre de Dios.

No desoigas nuestras súplicas.

Antes bien líbranos de todos los peligros,

Virgen gloriosa y bendita.

Consoladora de los afligidos, ruega por nosotros.

Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros

Concédeme alabarte, Virgen sagrada.

Dame fuerza contra tus enemigos.

Madre mía, confianza mía.

Virgen madre de Dios, María,

suplica a Jesús en favor mío.

¡Esperamos que estas oraciones contra todo mal te ayuden!

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