El sacerdote Eduardo Hayen Cuarón, quien se desempeña como director del semanario Presencia de la Diócesis de Ciudad Juárez, en México, advirtió sobre el peligro de usar el amuleto “ojo de venado”.
Así lo expresó a través de un tweet en el cual explica en qué radica tal peligro y cómo debe eliminarse un objeto como este.
Sacerdote advierte sobre el gran peligro de usar el amuleto “ojo de venado”
Para destruir estos amuletos no se deben tirar simplemente a la basura. La destrucción debe pasar por un conjuro que hace el sacerdote para quitarles el poder maléfico, y después deben destruirse por el fuego o hacerlos pedazos.
— Padre Eduardo Hayen Cuarón 🇲🇽 (@padrehayen) August 4, 2021
En el tweet el sacerdote explica:
“Esto se llama ojo de venado. Es un amuleto; las personas que los utilizan son brujos. Utilizarlos para la buena suerte, la “buena vibra” o para buscar protección es una práctica esotérica y por lo tanto maligna, obra de Satanás, contraria al primer mandamiento de la fe católica“.
A continuación señala que “para destruir estos amuletos no se deben tirar simplemente a la basura. La destrucción debe pasar por un conjuro [rito de exorcismo] que hace el sacerdote para quitarles el poder maléfico, y después deben destruirse por el fuego o hacerlos pedazos”.
La Iglesia en el catecismo nos enseña que la superstición es una ofensa al primer mandamiento, y la utilización de amuletos como el “ojo de venado” implica una ofensa a Dios.
“La superstición es la desviación del sentimiento religioso y de las prácticas que impone. Puede afectar también al culto que damos al verdadero Dios, por ejemplo, cuando se atribuye una importancia, de algún modo, mágica a ciertas prácticas, por otra parte, legítimas o necesarias. Atribuir su eficacia a la sola materialidad de las oraciones o de los signos sacramentales, prescindiendo de las disposiciones interiores que exigen, es caer en la superstición” (CIC 2111)
Además, esta práctica involucra elementos de magia y hechicería. Al respecto, la Iglesia señala que “todas las prácticas de magia o de hechicería mediante las que se pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo —aunque sea para procurar la salud—, son gravemente contrarias a la virtud de la religión. Estas prácticas son más condenables aún cuando van acompañadas de una intención de dañar a otro, recurran o no a la intervención de los demonios. Llevar amuletos es también reprensible” (CIC 2117)
Así que ya sabes, jamás uses el “ojo de venado”.
Síguenos también en:
[Ver: ¿Puede un católico practicar yoga? La advertencia de una víctima de ataques demoníacos]
[Ver: ¿Quieres liberar a tu país del poder del demonio? El padre Fortea te explica una oración especial]