¡San Cristóbal ha sido un gran amigo para este héroe de la guerra de Vietnam!

“El Sr. Cristóbal y yo, fuimos a la guerra”, dijo Stephan Franich Jr., mientras contaba su experiencia en la guerra al canal de YouTube “The Vietnam Experience” en un video publicado el mes pasado.

En este programa, que ha alcanzado más de 100 mil vistas, Franich compartió historias sobre sus entrenamientos, cómo fue partir hacia la guerra, perder a queridos amigos y su regreso a casa, todo mientras atribuía sus logros al "Sr. Cristóbal", cuya imagen llevaba colgada en el cuello.

Reclutado en el ejército de los EE.UU. en 1969, Franich recordó su partida de casa y la despedida de su familia. Justo cuando estaba a punto de abordar su avión, de repente escuchó a su madre gritar: "¡Stephen! ¡Stephen!" Fue entonces cuando ella le dio su medalla de San Cristóbal.

"Hijo, bajo ninguna circunstancia te la quites", le dijo.

A partir de ese momento, Franich llevó la medalla.

"Todo el tiempo que estuve en Vietnam", compartió, "no importa lo que estuviera haciendo, o a dónde fuera, esa medalla permaneció con mis placas de identificación, y nunca la quité".

A medida que el video continúa, las historias se van volviendo más sombrías.

Al hablar sobre las misiones de rescate, Franich compartió cómo vio morir a un chico, no mayor que él. Él señaló que hizo todo lo posible para ayudarlo, pero no fue suficiente:

"Estaba ahí tratando de decirle, 'Lo estoy intentando, lo estoy intentando', y 50 años después [todavía] me molesta".

A pesar de su tristeza, su confianza en el Cielo es evidente cuando comparte: "Lo veré algún día".

Eventualmente, cuando fue relevado de sus deberes, eligió irse a casa inmediatamente sin decirle a su familia. Franich comparte que subió los escalones traseros de su casa y se coló en el comedor, abrazó a su madre por la espalda y deslizó la medalla de San Cristóbal sobre su cabeza.

"Funcionó como un encanto... tu niño está en casa", señaló.

Entre lágrimas, indicó que su madre continuó usando esa medalla hasta el día en que murió. En ese momento, él tomó la medalla de nuevo y la usó durante varios años antes de pasársela a su nieto, quien se enlistó en el ejército después de graduarse de la escuela secundaria.

Sin decirle nunca a su nieto la importancia de la medalla o lo que le dijo a su madre, su nieto también llegó a casa, se acercó por detrás de Franich y deslizó esa medalla sobre su cabeza diciendo: "Abuelo... funcionó como un encanto".

Actualmente, la medalla está en su tercer viaje. Franich recientemente se la pasó a un joven a quien llama su "nieto adoptivo".

"Aún no la he recibido de vuelta, pero la estoy esperando en cualquier momento".

Finalmente, este veterano compartió un gran testimonio sobre cómo los santos interceden por la humanidad.

Terminó su entrevista con The Vietnam Experience diciendo:

"Nunca me consideré un héroe, pero he servido con héroes... me derribaron tres veces y me dispararon varias veces, pero gracias al Sr. Cristóbal, y probablemente a muchas oraciones de mi familia... llegué a casa."

Mira el video en inglés:

Los comentarios en el video reflejan historias similares.

Un piloto compartió: "Mi historia es muy similar a la suya. Mi madre colgó la Medalla Milagrosa alrededor de mi cuello. Yo también nunca rechacé una misión. También ayudó que nuestra iglesia estuviera justo al otro lado de la calle de nuestra casa. Mi madre nunca lo mencionó, pero estoy seguro de que pasó mucho tiempo allí. Necesitaba toda la ayuda que pudiera obtener".

Otro dijo: "Mi mamá me dio una medalla de San Cristóbal para usar cuando fui a volar en la Fuerza Aérea. Serví y todavía estoy aquí y cumpliré 80 en septiembre”.

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