¿Alguna vez pensaste en la razón por la que Jesús nos enseñó el Padrenuestro? San Simón de Montfort nos da una pista.

El Evangelio según San Lucas capítulo 11, versículo 1-4 narra cómo en una ocasión, cuando Jesús terminó de rezar, un discípulo le dijo: “Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos”. Entonces Cristo les enseño el Padrenuestro.

¿Por qué Jesús le enseñó esta oración? La razón está en cada una de sus palabras.

La razón por la que Jesús nos enseñó a rezar el Padrenuestro

San Simón de Montfort, en su obra El Secreto Admirable del Santísimo Rosario, explica porqué el la oración del Padrenuestro es tan poderosa.

Cuando rezamos esta divina oración, realizamos tantos actos de las más sublimes virtudes cristianas como palabras pronunciamos“, dice el santo. Y continúa:

“Al decir: Padre nuestro que estás en los cielos, hacemos actos de fe, adoración y humildad. (…) cuando reflexionamos en que Dios está en los cielos –es decir, infinitamente por encima de nosotros por la grandeza de su majestad-, entramos en los sentimientos del más profundo respeto en su presencia”.

Al desear que su nombre sea santificado y glorificado, manifestamos celo ardiente por su gloria [y] estamos bien lejos de profanarlo”, comenta.

Al pedir posesión de su Reino, hacemos un acto de esperanza [y] renunciamos a todo apego desordenado a los bienes de este mundo”.

Al desear que se cumpla su voluntad en la tierra como en el cielo, mostramos espíritu de perfecta obediencia.

Pidiéndole que nos dé el pan nuestro de cada día, practicamos la pobreza según el espíritu y el desapego de los bienes de la tierra, [y] detestamos la gula y la voluptuosidad, que se nutre en la abundancia”, continúa San Simón.

Al rogarle que perdone nuestros pecados, hacemos un acto de contrición. Al perdonar a quienes nos han ofendido, ejercitamos la misericordia en la más alta perfección. [Además] reprimimos la cólera y la venganza, devolvemos bien por mal y amamos a nuestros enemigos”.

Al implorar ayuda en la tentación, hacemos actos de humildad, prudencia y fortaleza. Manifestamos huir de la pereza y buscar los medios para combatir los vicios y salvarnos”.

Por último, “al esperar que nos libre del mal, practicamos la paciencia”, y agrega: “Al rogar a Dios que nos libre del mal, tememos su justicia y nos alegramos, porque el temor de Dios es el principio de la sabiduría: el temor de Dios hace que el hombre evite el pecado”.

Entonces, ¿por qué Jesús nos enseñó el Padrenuestro? Porque en esta oración se condensan de una manera magnífica todas las virtudes teologales y cardinales para incorporarlas a nuestra vida cristiana.

¿Tú qué piensas?

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