El hermano Andrew Corriente fue el ganador del The Great American Baking Show (concurso de pastelería) Un bello testimonio que muestra los impensados caminos que Dios nos prepara.
Nació en un familia católica que había inmigrado a Estados Unidos desde Filipinas. Sin embargo, pese a asistir a la iglesia siguiendo su tradición, transitó su juventud sin vivir su fe. El amor que experimenta por la cocina comenzó desde pequeño mientras miraba Food Network, aunque entonces no cocinaba.
El acercamiento a Dios y sus dos vocaciones
Su vida dio un vuelco cuando conoció un fraile y tuvo la oportunidad de visitar a otros como él que se estaban formando. Su retorno al catolicismo se selló cuando asistió a un retiro de formación de frailes. Comenta: “nunca fue parte de mi plan, pero todo se sintió como una segunda naturaleza. Siempre debería haber estado haciendo esto ”. Así llegó a sacerdote y hoy no concibe la vida sin serlo.
Al comienzo de su vida como fraile, al hermano Andrew Corriente se le ocurrió que podía intentar cocinar algo. Fue a la cocina y oh sorpresa… ¡no ha dejado de hornear desde entonces! Su talento lo ha llevado a participar y ganar en aquel concurso de panaderos autodidactas.
El video que registra el momento
A pesar de que hoy es conocido por su buen horneado, reconoce que en su aprendizaje cometió muchos errores. ¿Cuál es su secreto para mejorar? “Me pregunto por qué y me pregunto si debería haber agregado esto o haber usado una temperatura diferente. Tomo notas y sigo adelante ”. Una declaración que sirve tanto para la cocina como para la vida.
El hermano Andrew Corriente vive en un convento con otros 30 hombres. No es sorpresa que termine allí horneando pasteles de cumpleaños y pequeños pasteles de boda. Cumpliendo a la par con sus obligaciones ministeriales se da tiempo para ir haciendo sus pasteles en los pequeños recreos del día: “Quizás hago una capa por la mañana, un glaseado por la tarde, horneo el pastel por la noche…”
¿Qué te parece la inspiradora historia del fraile Andrew Corriente?
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