La Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en la Ciudad de México es el hogar de la tilma de San Juan Diego.

Según indica National Catholic Register, la Basílica recibe la visita de más de 20 millones de peregrinos anualmente.

Muchos milagros se le atribuyen a San Juan Diego, ya que la devoción a la Virgen de Guadalupe es una de las más populares en la Iglesia.

Hace casi 103 años, el 14 de noviembre de 1921, un hombre ocultó una bomba en una maceta de flores al pie de la imagen de Nuestra Señora, con la esperanza de destruir su Basílica. Este hombre, Luciano Pérez Carpio, era empleado del Secretariado Privado de la Presidencia.

El ataque a la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe

En esa época, la Constitución Mexicana de 1917 prohibió la educación católica, negó a los religiosos el poder enseñar en las escuelas e hizo ilegales todos los actos públicos de culto, lo que incluía todas las procesiones públicas.

El sentimiento anticatólico era extremadamente alto entre el gobierno, lo que llevó a años de violenta persecución religiosa. El presidente Plutarco Elías Calles sería finalmente responsable de la ejecución pública del Beato Miguel Pro, seis años después de este ataque con bomba.

En una entrevista de ACI Prensa en 2021, el Padre Eduardo Chávez, doctor en historia de la Iglesia y director general de Estudios Guadalupanos, afirmó:

“Alrededor de las 10:30 de la mañana, estalló una bomba de dinamita que se hallaba oculta entre las flores. Los desperfectos fueron en las gradas del altar, que son de mármol, en los candeleros de latón y en esta Sagrada Imagen de Ntro. Señor Crucificado, que retorcida cayó al suelo”. 

La exploción dobló el crucifijo, que ahora es conocido como el "Santo Cristo del Atentado". Sorprendentemente, la tilma y el vidrio que la protege permanecieron intactas.

“Al intentar destruir la imagen se trató de destruir la misma Iglesia y no pudieron porque esto viene de Dios” continuó el Padre Chávez. “Así como Santa María de Guadalupe, en su portentosa imagen es obra de Dios, así también la Iglesia es obra de Dios. Cristo es la cabeza de esta iglesia bendita que proclama la verdad, la justicia, el amor, el perdón, la misericordia, lo que tanto necesita nuestro pueblo exactamente el día de hoy”.

Nuestra Señora de Guadalupe se ha convertido en un símbolo de la identidad mexicana

En la imagen de la Virgen de Guadalupe, el cinturón alrededor de su cintura es un símbolo del embarazo de la Madre de Dios.

Esta imagen representa bellamente la feminidad y la maternidad, donde se ve cómo protege cuidadosamente a su hijo en el vientre. Sin embargo, durante este ataque, fue el Hijo quien claramente protegió a su madre.

Actualmente todavía existe una violenta persecución a los católicos, como el mundo ha presenciado en Cuba, Nicaragua, China y muchos otros lugares. Según la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), "Solo en Estados Unidos, han ocurrido al menos 315 incidentes en 43 estados y en el Distrito de Columbia desde mayo de 2020”.

El ataque de 1921 contra Nuestra Señora, la Basílica y nuestra fe católica, desafortunadamente, no es un evento aislado.

Sin embargo, no importa la persona, el gobierno, el ataque o el odio, nuestra amada Iglesia Católica y nuestra preciosa fe resistirán la prueba del tiempo.

Nunca debemos ocultar nuestra fe por miedo a la crítica pública. Después de todo, como Nuestra Señora dijo a San Juan Diego:

"¿No estoy aquí que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿no soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mí regazo?"
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