Esta es la respuesta simple que ofrece Santa Madre Teresa cuando le preguntaban qué consejo daría a cualquiera que dude de la presencia real de Cristo en la Eucaristía: “Oren”.
“El fruto de la oración siempre es la alegría de amar a Jesús, acercarnos a Él”, agregó la santa.
Cuando le preguntaron: "¿Qué pasa si alguien no sabe cómo orar?" Madre Teresa respondió: "Le enseñaré; aprendemos a orar orando. Incluso Jesús pasó horas en oración".
Santa Teresa de Calcuta, fundadora de las Misioneras de la Caridad, pasó más de 40 años de su vida sirviendo a los pobres y moribundos.
Han pasado 26 años desde su muerte, sin embargo, su mensaje y su vida siguen siendo una inspiración para el mundo.
Como católicos, creemos en la transubstanciación, un tema controversial para muchos fuera de la Iglesia. Sin embargo, incluso aquellos que son católicos pueden tropezar en la confusión, preguntándose cómo el pan y el vino pueden transformarse en el Cuerpo y la Sangre de Jesús.
Estaría mintiendo si no admitiera que en ocasiones en mi pasado he fallado, al no creer o entender completamente algo tan extraordinario. La respuesta simple que da Madre Teresa es verdaderamente nuestra única esperanza: la oración.
Jesús escucha nuestras oraciones y, en Su bondad, las responde. Como Madre Teresa ha expresado muchas veces, debemos ir a Jesús en todas nuestras dudas, confusiones y falta de fe.
No hay vergüenza en pedir al Señor que nos ayude a conocerlo mejor, creer en Su verdadera presencia y pedirle que abra nuestros corazones y confiemos en Él con una dependencia infantil.
El misterio de la transubstanciación no tiene sentido. Nada acerca de que el pan se convierta en Nuestro Señor tiene sentido para la mente humana. Sin embargo, sucede. En nuestra mera humanidad, no podemos comprender este misterio, y tal vez, ese sea el punto.
El Señor y las obras del Espíritu Santo son infinitamente más grandes de lo que podemos comprender.
Se nos concede un tiempo especial para estar físicamente presentes con Jesús en la Eucaristía, tanto durante la Misa como en la Adoración. Madre Teresa nos recuerda que cuanto más oremos, más aprenderemos a orar.
Jesús quiere escucharlo todo: la oración desordenada, la oración confusa, la llamada imperfecta a Él.
Ya sea católico o no, confundido o no, el hecho sigue siendo: Jesús está verdaderamente presente en la Eucaristía. Si te encuentras consumido por la incomodidad o la vacilación ante esta afirmación, como dijo Madre Teresa, "Oren".
Oración favorita de Madre Teresa después de recibir la Sagrada Comunión:
Amado Señor,ayúdame a esparcir tu fragancia donde quiera que vaya.Inunda mi alma de espíritu y vida.
Penetra y posee todo mi ser hasta tal puntoque toda mi vida solo sea una emanación de la tuya.
Brilla a través de mí, y mora en mi de tal maneraque todas las almas que entren en contacto conmigopuedan sentir tu presencia en mi alma.
Haz que me miren y ya no me vean a mí sino solamente a ti, oh Señor.Quédate conmigo y entonces comenzaré a brillar como brillas Tú;a brillar para servir de luz a los demás a través de mí.
La luz, oh Señor, irradiará toda de Ti; no de mí;serás Tú quien ilumine a los demás a través de mí.
Permíteme pues alabarte de la manera que más te gusta,brillando para quienes me rodean.
Haz que predique sin predicar, no con palabras sino con mi ejemplo,por la fuerza contagiosa, por la influencia de lo que hago,por la evidente plenitud del amor que te tiene mi corazón.
Amén.
"Esparcir tu fragancia" - San John Henry Newman