¿Estás tratando de discernir tu vocación y no sabes por dónde empezar? Los Hermanos Franciscanos Capuchinos compartieron cinco actitudes que pueden dificultar el discernimiento y alejarnos de la voz de Dios.

En su cuenta de Instagram, los Franciscanos Capuchinos de la Provincia del Oeste de Estados Unidos compartieron algunas reflexiones para todos aquellos que buscan conocer el llamado de Dios en sus vidas.

Si estás atravesando un momento de duda sobre tu camino vocacional, vale la pena prestar atención a estos errores comunes y pedir la gracia de evitarlos:

1) Esperar sentirte atraído de inmediato

El llamado de Dios no siempre viene con una atracción instantánea. A menudo interrumpe tu comodidad, desafía tus ideas y expone tus apegos.

2) Creer que debes estar “listo” antes de responder

Quizás estás esperando sentirte perfecto antes de dar un paso. Pero el discernimiento comienza con la fidelidad, no con la perfección. El amor paternal de Dios es fiel y paciente. Él nos invita a responder con confianza.

3) Intentar discernir sin una vida de oración

Sin silencio, sacramentos y Escritura, el discernimiento no tiene base. La oración no es una tarea de fondo, es el lugar donde la vocación se revela. El Dios vivo y verdadero llama incansablemente a cada persona a este misterioso encuentro.

4) Hacer preguntas superficiales

Habla con personas que viven su vocación, pero no les preguntes solo cuándo “lo supieron”. Pregunta qué los sostuvo en la duda. Pregunta qué no esperaban. Pregunta qué los hizo quedarse.

5) Pensar que no ser digno significa que no estás llamado

Dios no espera a que te sientas santo o digno. Te llama tal como eres y te forma en el camino. La iniciativa divina en la obra de la gracia precede, prepara y suscita la respuesta libre del hombre.

Discernir una vocación es un viaje exigente, pero profundamente hermoso. Evitar estos errores no garantiza respuestas inmediatas, pero sí abre el corazón al paso de Dios.

“La libertad no consiste en hacer lo que nos gusta, sino en tener el derecho a hacer lo que debemos”. – San Juan Pablo II
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