La Corte Suprema de Estados Unidos afirmó este miércoles que las restricciones al culto religioso del estado de Nueva York durante la pandemia de coronavirus son una violación de la protección de la Primera Enmienda del ejercicio libre de la religión.
La decisión del tribunal prohíbe temporalmente las restricciones al culto religioso promulgadas el 6 de octubre por el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo. Según estas medidas, si un distrito estaba en “zona roja” de contagios, el centro religioso no podría recibir más de 10 personas. Si se trataba de una “zona naranja”, la iglesia no debía permitir el ingreso de más de 25 personas.
La sentencia de la Corte Suprema sobre las restricciones al culto religioso
La opinión mayoritaria de la Corte señaló que “en una zona roja, mientras que una sinagoga o iglesia no puede admitir a más de 10 personas, las empresas categorizadas como ‘esenciales’ pueden admitir a tantas personas como deseen. Y la lista de negocios ‘esenciales’ incluye cosas como instalaciones de acupuntura, campamentos, garajes, así como muchos cuyos servicios no se limitan a aquellos que pueden considerarse esenciales, como todas las plantas que fabrican productos químicos y microelectrónica y todas las instalaciones de transporte”.
Además afirmó que “no solo no hay evidencia de que los solicitantes hayan contribuido a la propagación de COVID-19, sino que existen muchas otras reglas menos restrictivas que podrían adoptarse para minimizar el riesgo de quienes asisten a los servicios religiosos. Entre otras cosas, la asistencia máxima a un servicio religioso podría estar vinculada al tamaño de la iglesia o sinagoga”.
El fallo respondió a la demanda contra las restricciones al culto religioso presentada por la Diócesis de Brooklyn y por las sinagogas judías ortodoxas en Nueva York. El obispo de Brooklyn dijo que el culto debe considerarse un elemento esencial durante la pandemia de coronavirus.
Por su parte, el obispo de Brooklyn Nicholas DiMarzio dijo que estaba “orgulloso de liderar la Diócesis de Brooklyn y luchar por nuestro derecho sagrado y constitucional a la adoración”.
“Nuestras iglesias no han sido la causa de ningún brote. Hemos llevado nuestra batalla legal hasta aquí porque debemos ser considerados esenciales, por lo que podría ser más esencial que reunirnos en oración con seguridad en tiempos de pandemia”, concluyó.
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Este artículo fue traducido y adaptado de Catholic News Agency.
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