Una santa provida: su discapacidad no fue impedimento para llegar al cielo
¿Una discapacidad es realmente una razón para el aborto? Santa Margarita de Cittá di Castello es la prueba de que la realidad está totalmente lejos de esa afirmación ¡Su vida de santidad es un gran ejemplo para la lucha provida!
Actualmente, muchas personas afirman que el nacimiento de un niño con discapacidad es una tragedia. Frente a la creciente apertura al aborto en casos de Sindrome de Down o enfermedades congénitas, la vida de Santa Margarita es una luz en la oscuridad.
Su discapacidad no le impidió llegar al cielo
Margarita nació alrededor de 1287 en un pueblo de Metola (Italia) en una familia noble. Al ver que la pequeña era ciega y tenía deformaciones, su padre decidió encerrarla en una celda construida junto a la iglesia del castillo, para que nadie más la viera.
Según indica el Dicasterio para las Causas de los Santos, al cumplir los 5 años, sus papás la llevaron a la iglesia de San Francisco de Città di Castello, donde buscaban conseguir un milagro que le devolviera la vista.
Lamentablemente, Margarita no sanó y sus padres decidieron abandonarla en la ciudad, donde por un tiempo la pequeña mendigó, hasta ser acogida por las monjas de la pequeña comunidad de Santa Margherita.
Las religiosas decidieron expulsar a la pequeña, que fue salvada por una pareja de devotos cristianos, Grigia y Venturino.
A pesar de su ceguera, la joven se dedicó a la educación cristiana de los dos hijos de la familia, y realizó continuamente obras de caridad, visitando a los prisioneros y enfermos.
Margarita asistía diariamente a Misa en la iglesia de la Caridad de los Frailes Predicadores y formó parte de las Mantellate Dominicanas, posteriormente llamadas Terciarias Seculares de San Domenico.
Además, se dedicó a la oración constante, la confesión diaria, la comunión frecuente, la meditación sobre el misterio de la Encarnación, entre otras prácticas de fe.
“La vida virtuosa de la Beata se caracteriza sobre todo por su confiado abandono a la Providencia, como participación gozosa en el misterio de la cruz, especialmente en su condición de discapacitada, rechazada y marginada. Esta conformidad amorosa con Cristo estaba acompañada de intensas experiencias místicas”, indica el Dicasterio.
“La Beata Margarita es un ejemplo de mujer evangélica que maduró una experiencia de vida unitiva profunda y ferviente con el Señor. Su enfermedad no le impidió vivir una maternidad espiritual excepcional y fructífera, que hoy en día sigue siendo un llamado a la importancia de cuidar a los demás”, agrega.
Margarita falleció el 13 de abril de 1320 en Città di Castello a los 33 años de edad. Fue beatificada el 19 de octubre de 1609 por el Papa Pablo V y canonizada por el Papa Francisco el 19 de septiembre de 2021.
Actualmente es conocida como la patrona de los Niños con Discapacidades, los no deseados y el movimiento provida.
¡Santa Margarita, ruega por nosotros!