Sabemos que luego de la muerte viene nuestro juicio personal en el que Dios nos dirá si nuestro destino eterno es el cielo o el infierno. Si morimos en amistan con Dios podemos entrar directamente al cielo o pasar antes por un proceso de purificación llamado Purgatorio.

Las almas del purgatorio saben que pronto gozarán de la eterna dicha de vivir eternamente con Dios, por eso preferirían que ese proceso de purificación no dure mucho tiempo. ¡Y tú puedes ayudarles a que así sea en Pentecostés!

Para la solemnidad de Pentecostés, la Iglesia ha dispuesto que todos podamos ganar una indulgencia plenaria para nosotros mismos o para algún alma del Purgatorio. Así que si quieres ayudar al alma de algún familiar que probablemente se encuentre en el Purgatorio, esta es tu oportunidad.

¿Cómo ganar una indulgencia plenaria por algún alma del Purgatorio en Pentecostés?

Solo sigue estos 5 pasos:

  • Ten la firme intención de no volver a pecar, incluso venialmente.
  • Confiesa sacramentalmente todos tus pecados. (Si no puedes acceder a un sacerdote prueba este acto de contrición).
  • Recibe la Sagrada Eucaristía. (Si no puedes acceder a misa prueba este acto de Comunión Espiritual).
  • Ora por las intenciones del Papa.
  • Durante la solemnidad de Pentecostés, reza o canta el himno Veni Creator Spiritus.

¡Eso es todo!

¿No conoces el Veni Creator Spiritus?

Esta es la melodía:

Letra:

Veni Creator Spiiritus,
Mentes tuorum visita,
Imple superna gratia,
Quae tu creasti, pectora.

Qui diceris Paraclitus,
Altissimi Donum Dei,
Fons vivus, ignis, charitas,
Et spiritalis unctio.

Tu septiformis munere,
Dextrae Dei tu digitus,
Tu rite promissum Patris,
Sermone ditans guttura.

Accende lumen sensibus,
Infunde amorem cordibus,
Infirma nostri corporis,
Virtute firmans perpeti.

Hostem repellas longius,
Pacemque dones protinus,
Ductore sic te praevio,
Vitemus omne noxium.

Per te sciamus da Patrem
Noscamus atque Filium;
Teque utriusque Spiritum
Credamus omni tempore.

Deo Patri sit glória,
et Fílio, qui a mórtuis
surréxit, ac Paráclito,
in sæculórum sǽcula. Amen.

Traducción:

Ven, Espíritu Creador,
visita las almas de tus fieles
llena con tu divina gracia,
los corazones que creaste.

Tú, a quien llamamos Paráclito,
don de Dios Altísimo,
fuente viva, fuego,
caridad y espiritual unción.

Tú derramas sobre nosotros los siete dones;
Tú, dedo de la diestra del Padre; 
Tú, fiel promesa del Padre;
que inspiras nuestras palabras.

Ilumina nuestros sentidos;
infunde tu amor en nuestros corazones;
y, con tu perpetuo auxilio,
fortalece la debilidad de nuestro cuerpo.

Aleja de nosotros al enemigo,
danos pronto la paz,
sé nuestro director y nuestro guía,
para que evitemos todo mal.

Por ti conozcamos al Padre,
al Hijo revélanos también;
Creamos en ti, su Espíritu,
por los siglos de los siglos

Gloria a Dios Padre,
y al Hijo que resucitó,
y al Espíritu Consolador,
por los siglos de los siglos. Amén.

Si el latín es algo complicado para ti, también puedes intentar con esta versión en español:

Espíritu Santo fuente de luz, ¡ilumínanos!

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