¿Qué música escuchamos? Sacerdote responde a esta pregunta

¿Qué música escuchamos? ¿Qué música deberíamos escuchar? a esta pregunta responde el Padre Javier Olivera Ravasi, sacerdote Argentino, abogado, doctor en filosofía e historia, académico universitario, cofundador de la Orden San Elías (incipiente instituto religioso en Argentina) y escritor. Conocido por sus publicaciones en su Blog “Que no te la cuenten”.

El sacerdote nos explica en el video cómo influye la música en nuestra vida diaria e inicia explicandonos que: “La música en cuanto expresión artística no es neutra; tiene una causa, una finalidad y por ende, no está fuera del ámbito moral. ¿Qué música escuchamos hoy los católicos? ¿Tiene sentido pensarlo?”.

Un análisis sencillo acerca del “top ten” de lo oído durante el año 2019 y el 2020 nos puede hacer reflexionar.

Quizá cuando veas este vídeo ya las canciones han pasado de moda pero el trasfondo es el mismo.

 

El Padre Javier nos aconseja que como católicos debemos tener una cosmovisión distinta (Una visión del mundo distinto).

Sin embargo, “Todo se resume a que somos alma y somos cuerpo, no somos solamente alma, no somos puramente espirituales como los ángeles pero tampoco somos simplemente cuerpo, es decir vamos recibiendo esas imágenes sensibles, dicen que nada está en el intelecto que no haya pasado por los sentidos entonces de algún modo nos ira golpeando”, añadió.

También agregó que “no se puede negar que las canciones tienen un ritmo pegadizo pero el ritmo combinado con la letra, con lo bajo que tiene de contenido es imposible que no te vaya pegando pero si nos planteamos la letra que tiene cada canción y el contenido que hay, ¿No nos va quedando algo dentro? De algún modo somos cuerpo y alma y en nosotros ira quedando algunas cosas”.

“La música es algo hermoso”

El Padre culminó diciéndonos: “La música es algo hermoso, es excelente, se puede dar gloria a Dios con la música, se puede uno alegrar, entristecer, se puede uno poner a tono en alguna situación de la vida pero hay que saber discernir con inteligencia lo que uno está recibiendo, si no lo discierne uno, si no lo elige uno, alguien me lo está imponiendo, estar atentos a saber reeducar el oído y finalmente saber que simplemente no tengo por qué  amoldarme a los patrones de este mundo, amoldarme a las cosas que me quieren imponer de afuera y saber que hay un modo cristiano, un modo católico de alegrarse hay un modo católico de vivir una vida sana, de cara a Dios, de cara a ese Dios que está frente a los ángeles que cantan todo el tiempo un himno a su gloria”.