Los santos son nuestros amigos celestiales y gracias a su cercanía a Dios pueden ayudarnos con su intercesión. ¿Te has preguntado por qué recurrimos a ellos? Estos pasajes de la Biblia tienen la respuesta.
El autor y apologista católico, Dave Armstrong, explicó en un artículo para National Catholic Register que existen personas que señalan que los santos no pueden escuchar las peticiones de las personas en la tierra ¡Una afirmación totalmente errónea!
Armstrong indicó que podemos encontrar pasajes en la Biblia que validan el apoyo de la Iglesia Triunfante a la Iglesia Militante.
¿Por qué pedimos la intercesión de los santos? La respuesta está en la Biblia
Las Sagradas Escrituras demuestran que los santos son conscientes de lo que sucede en la tierra:
“Por lo tanto, ya que estamos rodeados de una verdadera nube de testigos, despojémonos de todo lo que nos estorba, en especial del pecado, que siempre nos asedia” (Hebreos 12,1).
“Cuando el Cordero abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido inmolados a causa de la Palabra de Dios y del testimonio que habían dado. Ellas clamaban a voz en cuello: ‘¿Hasta cuándo, Señor santo y verdadero, tardarás en hacer justicia y en vengar nuestra sangre sobre los habitantes de la tierra?’” (Apocalipsis 6,9-10).
Los evangelios nos señalan que al morir las personas que han vivido en santidad son recibidas en el cielo y son semejantes a los ángeles.
“Ya no pueden morir, porque son semejantes a los ángeles y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección” (Lucas 20, 36).
Sabemos que los ángeles se comunican con los habitantes de la tierra, entonces tiene sentido que los santos puedan hacer lo mismo por analogía.
Así como se indica en el Evangelio de Lucas que “se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte”, igualmente los santos sabrán escuchar las peticiones de aquellos que los necesitan.
¿Es razonable, entonces, creer que aunque los santos en el cielo poseen todas estas características extraordinarias, la capacidad de escuchar una solicitud de intercesión o una petición no es parte de sus habilidades? Esa posición no es plausible.
También tenemos muchos ejemplos bíblicos directos y explícitos para respaldar la intercesión de los santos.
Como indica Apocalipsis 5,8 y 8,3-4, los santos y los ángeles presentan sus oraciones a Dios en el cielo. ¿Cómo fueron conscientes de estas peticiones? La explicación más lógica y factible es que recibieron oraciones (técnicamente, solicitudes de intercesión) de personas en la tierra como intermediarios para Dios.
Jesús mismo llamó a personas fallecidas en dos ocasiones: la hija de Jairo (Lucas 8,54: "Niña, levántate") y Lázaro (Juan 11,43: "¡Lázaro, ven afuera!"). Obviamente, ambos lo escucharon. San Pedro hizo lo mismo: "Volviéndose luego hacia el cadáver, dijo: «Tabitá, levántate». Ella abrió los ojos" (Hechos 9,40).
El rey Saúl habló con el profeta Samuel, quien se le apareció después de la muerte, y le hizo una petición que fue rechazada (1 Samuel 28,15-19). Sin embargo, Samuel nunca dijo: “Entonces, ¿por qué me preguntas, ya que Dios ha prohibido toda invocación de personas fallecidas? Debes preguntarle solo a Dios”.
Además, Jesús habló con el fallecido Moisés y Elías en el Monte de la Transfiguración. Si tal práctica estuviera absolutamente prohibida, Cristo ciertamente nunca la habría realizado.
En Jeremías 15,1, Dios declara: "Aunque Moisés y Samuel se presentaran delante de mí, yo no me conmovería de este pueblo". Esto presupone que Moisés y Samuel interceden en el cielo por las personas en la tierra.
¡Los santos siempre estarán dispuestos a interceder por nosotros!