¿El Santo Papa salvó a este piloto de Fórmula 1? Su nombre es Robert Kubica y es un el primer polaco en competir en esta categoría de automovilismo. En dos ocasiones sufrió graves accidentes que casi le cuestan la vida pero asegura que San Juan Pablo II lo salvó de la muerte.
Como la mayoría de los polacos, Robert es un católico confeso. Ya era conocida su devoción por el santo Papa de Polonia, de hecho en su casco tenía escrito el nombre “Juan Pablo II” (aún no había sido declarado santo).
La milagrosa forma en que este piloto de Fórmula 1 sobrevivió a un terrible accidente
El 10 de junio de 2007 se disputaba el Gran Premio de Canadá. Robert tenía 22 años y conducía su vehículo a 230 km/h. A la salida de una de las curvas del trazado, Kubica perdió el control del vehículo, y voló de la pista en un accidente escalofriante.
Aquí puedes ver el accidente (imágenes sensibles)
Si no puedes ver el video haz click aquí.
Cualquier persona diría que nadie puede sobrevivir a un accidente de esa magnitud. Pero Robert Kubica no solo sobrevivió sino que sufrió una contusión leve y un esguince en el tobillo.
La milagrosa supervivencia del piloto de Fórmula 1 se atribuyó a la tecnología de protección de la cabina, pero él tiene otra explicación: “Fue Juan Pablo. Él me salvó”.
Un nuevo accidente y otra vez… San Juan Pablo II
Tiempo después, Robert decidió cambiar de categoría y pasó al Rally. Y fue en una competencia en Italia que volvió a sufrir un grave accidente a 140 km/h.
Como resultado, el piloto fue internado en un hospital, ahora tenía 26 años, y siete médicos le realizaron una operación de siete horas para salvarlo. Los doctores tenía que detener las hemorragias y salvar su mano derecha que corría peligro de ser amputada.
En total tuvieron que hacerle treinta intervenciones más para poder recuperarlo. Pero una semana después, mientras estaba internado, el Robert Kubica le hizo un pedido especial.
Se puso en contacto con el Arzobispo de Cracovia -ciudad de Polonia- y solicitó que le facilitara alguna reliquia de San Juan Pablo II.
El Cardenal Stanislaw Dziwisz, accedió al pedido y le entregó dos reliquias del santo: un pequeño trozo de una de sus túnicas papales y una gota de su sangre. En aquel momento, San Juan Pablo II iba camino a convertirse en beato.
Lentamente, Robert fue sanando y regresó a la Fórmula 1 con su mano derecha intacta. Juan Pablo II ya es San Juan Pablo II, y sigue presente en su casco, en su mono y en las reliquias que le acompañaron en su convalecencia.
¡San Juan Pablo II, ruega por todas las personas convalecientes!
El artículo fue publicado originalmente en COPE.es.
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