¿Cómo saber si me estoy confesando bien?
Confesarse bien implica valentía, sinceridad, humildad y un verdadero deseo de reconciliación con Dios.
Confesarse bien implica valentía, sinceridad, humildad y un verdadero deseo de reconciliación con Dios.
Te compartimos cinco consejos para sumarte, ya sea que viajes a Roma o lo vivas desde casa.
¿Buscas un buen esposo? ¡Acude a Santa Ana, la madre de la Virgen María, para que sea tu intermediaria en el cielo! 💘
“Después de crear esta obra, nunca volví a mirar a una persona sin hogar de la misma forma. Ahora veo a Jesús”.
El camino es la vida misma y nuestra vida es el camino.
“Volví a ir a Misa todas las semanas por primera vez en años y sentí tanta paz y conexión con el Señor”.
"Nuestra Señora conquistando corazones en el aeropuerto de Chicago”.
Aclaremos que el idioma no es lo que define la validez ni el valor de la Misa.
Que ella nos recuerde, en el día de su fiesta, que el Señor solo permite que seamos heridos para atraernos más hacia Él.
Un video que muestra el lado más dulce de la vida consagrada.
Para Fernando Frías, el notario más joven de España con apenas 24 años, ¡lo que le cambió la existencia fue el encuentro con Cristo!
Esta iniciativa, que ya cumple once años, convierte la costa en un espacio de fe cada domingo de verano.
La reliquia de primer grado del talón de Santa Teresita del Niño Jesús visitó por primera vez el Santuario de Knock, en Irlanda, el domingo 13 de julio de 2025.
Hoy, en medio de tantos desafíos que enfrentamos, esta oración resuena con fuerza.
San Charbel volvió a visitarla en un sueño y le dijo: “Yo hice la cirugía para que la gente vea y vuelva a la fe”.
“Es bueno reflexionar sobre nuestra muerte, las almas en el Purgatorio y el Sacramento de la Unción de los Enfermos”.
La exposición es una buena manera de acercar a los niños a la fe y a las tradiciones católicas.
¡Todos estamos llamados a la santidad!
Por su profunda devoción, algunos santos han compuesto oraciones que ayudan a los fieles a acercarse más a Cristo.
“Seguiremos orando, ayunando y agradeciendo a Dios por todo lo que ha hecho por nosotros mientras estemos vivos”.
“Creo que también Dios puso, con Mamá Antula, la mano allí, porque el día lo vinieron a evaluar y él pudo responder a esas mínimas órdenes que le pedían”