¿Te preguntaste alguna vez cómo viven las monjas de clausura? Ahora tienes la oportunidad de saberlo.

La repentina expansión del coronavirus puso a muchos ciudadanos de diversos países en situación de encierro en su casas. Italia, España, Perú, y en menor medida muchos otros Estados han decretado que debemos permanecer en nuestros hogares.

Sin embargo, ¡Esto no tiene por qué ser una experiencia traumática! Las Carmelitas Descalzas de Cadiz, en España, compartieron un artículo que reúne 10 enseñanzas para hacer de nuestro encierro una hermosa experiencia de vida cristiana.

10 consejos de las monjas de clausura para vivir con alegría tu período de encierro:

1. Actitud de libertad

La carmelitas descalzas nos dicen que lo más importante es la actitud con que vivimos el encierro. Esta situación inesperada puede ser la ocasión para hacer un descubrimiento más importante: la libertad interior, “aquella que nadie puede quitarte, la que procede de ti mismo”.

Si bien es cierto que los gobiernos obligan -y en otros invitan- a los ciudadanos permanecer en sus hogares, “tu libertad consiste en adherirte voluntariamente, sabiendo que es por un bien superior”.

2. Paz donde se ensanche el alma

La invitación de estas monjas de clausura es a mirar dentro de nosotros mismos sin necesidad de espacios externos. Es una invitación a la paz, a escuchar nuestras propias inspiraciones.

“Tal vez aún no has descubierto que en la paz del alma brota vida… la vida es creación de más vida, comunicación de gozo y amor. Cuando te acostumbres a vivir en ti, ya no querrás salir.”. De esta forma nos comparten los frutos de su renuncia al mundo.

3. No te descuides, la paz hay que trabajarla

¡La armonía requiere esfuerzo! Las carmelitas nos dicen una gran verdad: “De cómo afrontas tus propias emociones y pensamientos, de la gestión de tus sentidos y pasiones depende que vivas en el cielo o en el infierno”.

Así que estar en casa bastante tiempo es una excelente oportunidad para disciplinar nuestro corazón, desechando el miedo, la tristeza o la apatía; e inclinarse hacia aquello que da paz y alegría.

4. Ama

El gran reto de permanecer en nuestros hogares -más con una familia numerosa- es la convivencia. El consejo de estas hermanas es tener mucha paciencia y usar el sentido común, respetar los sentimientos y las opiniones de los demás. Importante: no prestar atención a las diferencias y potenciar aquellas cosas que unen.

Nos regalan esta hermosa enseñanza: “El único terreno que realmente te pertenece eres tú mismo: tus pensamientos, palabras y emociones; no controles, contrólate. Desde el amor sacarás comprensión y empatía, ganas de dar y agradecimiento al recibir”.

5. No mates el tiempo

Pasar el tiempo inútilmente es el peor enemigo del encierro, genera vaciedad, roba la paz y puede empujar a la depresión. ¡Hazte un plan! Gran recomendación, e intenta vivirlo con disciplina.

Estas monjas de clausura mencionan que es muy importante tomarnos nuestro tiempo en las cosas sencillas. “Empéñate en que las cosas que haces, por sencillas que sean, tengan valor y una finalidad, nada de perder tiempo sin sentido, ‘matar el tiempo’ es matar la vida”, observan.

6. Ensancha tus propias fronteras

“¿Cuántas veces nos hemos quejado de todo lo que dejamos por hacer debido a la falta de tiempo? ¡Venga, ahora lo tenemos!” nos recuerdan las carmelitas. Libros abandonados, música por descubrir…

Y si no sabes qué rezar, “¿Por qué no pruebas con la Liturgia de las Horas?”, ¡Excelente ocasión! “Ahora que hay oportunidad, ábrete a novedades que te aporten sabiduría y te llenen de alegría” recuerdan las hermanas.

7. Para los más sensibles

Cada uno vive de manera diferente la intensidad de sus emociones. Pero las carmelitas descalzas también nos alertan sobre aquellos sentimientos que no solo provienen de nuestro interior sino que nos influyen desde afuera.

Por ello sugieren ser selectivos con con lo que recibimos para no caer en círculos viciosos: evitar conversaciones pesimistas, discusiones, películas de terror…

“Como no hay muchas evasiones que nos hagan cambiar de ‘chip’,  todo lo que entre en nuestro cerebro permanecerá ahí por más tiempo de lo habitual” ¿Una solución? ¡Bailar! “Un remedio buenísimo para canalizar la energía y relajarnos”. Excelente consejo el de estas hermanas.

8. No estás aislado

¡Tampoco estas solo! Siempre tenemos el cariño de nuestros amigos y familiares, aunque el contacto físico se haya distanciado.

Algunas ideas: “Dí lo que nunca tienes tiempo de decir, cuenta lo que siempre has querido contar, habla de todo y nada pero con cariño, que es lo que llega al alma y hace nido”. Como indican estas monjas de clausura, “descubrirás que la distancia no es ausencia”.

9. Jornada de reflexión

¿Alguna vez pensaste en retirarte algunos días a un monasterio? Pues tienes las ocasión de hacerlo en casa.

“Reflexionad, pensad, meditad… ¿Qué puedo cambiar en mi para ser mejor después de estos días?… La separación de las cosas que ordinariamente nos traemos entre manos, ayudará para ver si realmente estamos poniendo el acento en las que importan”.

10. Ora

La oración es la mejor forma de alimentar la vida en todas las situaciones, es nuestro vínculo de amistad con Dios.

En el rezo encontramos “la experiencia más universal del Amor. Ora, habla con Dios, se pasaran las horas sin que te des cuenta: háblale de todo, no se cansa de escucharte, desahógate con El cuando lo necesites y ¿Por qué no?… deja que también Él se desahogue contigo, es tu Padre, tu Hermano, tu Amigo” nos recuerdan estas monjas de clausura.

¡Qué bellos consejos para cultivar nuestra relación con Dios en esta situación inesperada! 

[Ver: 5 ideas equivocadas acerca de la Castidad]

[Ver: 5 consejos para mejorar nuestra oración y no confundirla con meditación]

 

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