Christina Leehammer, ex protestante y ahora católica, se hizo una vez una pregunta que, sugiere ella, todo evangélico debería hacerse: Esta iglesia a la que pertenezco, ¿es realmente la Iglesia? ¿No solo una iglesia, sino la Iglesia?

Durante su juventud, cambió varias veces de iglesia evangélica buscando un hogar espiritual. En cada una de ellas encontró decepciones.

También participó de grupos católicos buscando lo mismo, pero se llevó varias decepciones también.

Se dio cuenta que el enfoque de su búsqueda estaba equivocado. Notó que normalmente decía cosas como “de esta iglesia me gusta algunas cosas, pero me disgustan otras”.

Pensó que quizás se basaba mucho en lo que ella sentía o pensaba, en vez de buscar evidencias objetivas sobre a qué iglesia asistir.

Buscó evidencias históricas y encontró que el origen de todas las iglesias evangélicas eran truncas. Solo la Iglesia Católica contenía una tradición desde las épocas de Jesús.

La teología y fe de la Iglesia Católica no cambiaron en 2000 años de historia salvo por uno u otro detalle. En cambio, las iglesias evangélicas suelen cambian hasta el contenido de la Biblia según lo que interpreta cualquier persona.

Por estas razones decidió convertirse a la Iglesia Católica, no por lo que pensaba o sentía en el momento, sino por las evidencias históricas que remontaban hacia Jesús.

Nota original de Church Pop      

Comparte