El único párroco católico en Gaza, Padre Gabriel Romanelli, compartió la carta de un jóven católico que vive en la Franja, un testimonio de fe y esperanza en medio del dolor de la guerra.

El sacerdote del Instituto del Verbo Encarnado compartió el texto del diario de Suhail Abo Dawood, un joven postulante de la parroquia de la Sagrada Familia de Gaza.

El P. Romanelli señaló que este testimonio puede ayudar a la edificación de los fieles y animar a “seguir rezando por la paz, el final de esta guerra”.

“Que nos sirva para rezar, ofrecer penitencia, hacer ayuno como nos pide el Papa Francisco, sabiendo que Dios escucha la oración hecha con fe, con confianza, pidiendo como siempre la paz para todos los habitantes de la Tierra Santa”.
“Recemos por la paz, por el cese de todas las hostilidades, por la libertad de aquellos cautivos, para que puedan ser curados los miles y miles de heridos, y pueda entrar ayuda humanitaria, ya desde ahora y de manera suficiente para todos los habitantes de Gaza”.

Además, lamentó las terribles cifras de muertos y heridos que ha dejado el enfrentamiento entre Israel y el grupo islamista Hamás.

“Además de los 1400 muertos en la parte israelí y miles de heridos, se ha llevado en la Franja de Gaza más de 7 mil muertos y más de 18 mil heridos, entre los muertos se cuentan más de 2900 niños”, agregó.

Conmovedora carta de un joven en la Franja de Gaza:

“La fe es más fuerte que la guerra. Soy yo otra vez, todos los días perdemos algo de nosotros, ya sea casas o personas. Estamos orando desde el fondo de nuestro corazón y pidiendo a Dios que nos dé paz y justicia en nuestra Tierra Santa. 

Ayer, 25 de octubre, recibí un mensaje antes de que comenzara la Misa de que mi casa había sido bombardeada y destruida por las fuerzas de ocupación. Al principio me sentí muy triste y decepcionado, pero luego me di cuenta de que nuestras vidas son mucho más importantes que cualquier otra cosa.

En la santa Misa recé intensamente a Nuestro Señor Jesús y le pedí que me diera más fuerza y ​​fe para llevar adelante adecuadamente mi situación. En todos los casos, considero y creo que la Santa Iglesia es mi primer y último hogar y luego viene mi hogar que ha sido destruido. La Iglesia será siempre mi hogar y Jesucristo permanecerá en mi corazón dondequiera que vaya. 

Seguiremos orando, ayunando y agradeciendo a Dios por todo lo que ha hecho por nosotros mientras estemos vivos. Nos sacrificaremos por Jesús como Él se sacrificó por nosotros primero. La esperanza y la determinación son más fuertes que cualquier guerra que esté sucediendo en nuestra Tierra Santa.

Suhail Abo Dawood, Gaza, 26.10.2023”

¡Recemos por la paz!

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