El 14 de marzo de 2024, el Papa Francisco autorizó al Dicasterio para las Causas de los Santos a promulgar el decreto que reconoce las virtudes heroicas de Angelina Pirini. ¡A la Sierva de Dios que subió al cielo a los 18 años se le ha otorgado el título de Venerable!
Angelina nació el 30 de marzo de 1922 en Celle di Sala (Italia), creció en la sencillez y religiosidad de una familia modesta, muy cercana a la vida parroquial. Se unió a la acción católica desde que era niña y, desde 1930, año en que recibió su primera Comunión, asistió a Misa todos los días.
En 1934, don Giuseppe Marchi, el nuevo párroco de la ciudad, confió a Angelina el cargo de delegada, luego de delegada aspirante y finalmente de presidenta de la sección femenina parroquial.
Angelina se dedicó mucho al apostolado con las jóvenes, empleando toda la energía que su espiritualidad le proporcionaba. Era una educadora muy atenta: ¡intentaba comprender la psicología de las niñas para poder hablarles del amor de Dios!
El 8 de diciembre de 1936, después de obtener el permiso de su padre espiritual (don Giuseppe), emitió el voto de virginidad.
La lucha contra la enfermedad
El 9 de julio de 1937, fue golpeada por fuertes dolores abdominales. Se sometió a una primera intervención por una apendicitis perforada, pero poco más tarde le diagnosticaron una tuberculosis intestinal, ya muy avanzada.
Sin embargo, Angelina nunca se desanimó, encontrando en la enfermedad un motivo para ofrecer a Dios sus sufrimientos: era su deseo ofrecerse como víctima de reparación por el mundo entero.
"Vivir la Eucaristía, vivirla en las horas de abandono y de incomprensión, en la hora en que por este tipo de sufrimiento el alma se asemeja a la Hostia viva de nuestros Altares...; Me ofrezco por los Sacerdotes para que sean santos, por los misioneros para que, oh Jesús, Tú les des fuerza y coraje..., para que Tú protejas al Papa, nuestro dulce Cristo en la tierra... Jesús, deseo participar en Tus dolores. Tengo el derecho, siendo Tu pequeña esposa... Quiero morir mártir por Ti y por Tu Gloria".
Desde 1939 hasta 1940, la sierva de Dios tuvo la consolación y el privilegio de recibir varias visitas del obispo de Cesena, Mons. Socche. Durante su último año de vida, experimentó un período de aridez espiritual, durante el cual su fe fue duramente puesta a prueba.
Cerca de la muerte, cuando respiraba con dificultad y estaba sin voz, Angelina pidió a Jesús poder cantar con las niñas que, junto al párroco, preparaban para la Eucaristía: la joven recibió la gracia, asombro de todos.
Su funeral
Angelina murió el 2 de octubre de 1940, a los 18 años. Los funerales contaron con una gran participación de la población y de muchos jóvenes de la acción católica. Sus restos fueron luego enterrados en el cementerio de Sala.
Desde el 25 de marzo de 2001, el cuerpo de la joven descansa junto al altar de Santa María Goretti, dentro de la iglesia.
El Diario de Angelina
Para poder dar un mejor acompañamiento espiritual, Don Marchi aconsejó a Angelina a mantener un diario espiritual. Aquí algunos de sus pensamientos:
"...Necesito amor puro, oh Jesús, para devolverte Tu amor infinito: dámelo. Tengo sed de silencio, de ocultamiento, de mortificación para poder parecerme a Ti, para poder identificarme contigo, oh Jesús, Hostia de amor. Tengo sed..., tengo sed de Ti..., ardo: Jesús, dame de beber, Tú que eres la fuente de vida para que no muera, sino que viva y viva solo de Ti, oh Jesús, y viva solo para Ti. Quiero ser tuya hasta la consumación y consumirme por Ti... Padre mío que estás en los cielos, creo en Ti y Te amo. Sí, Padre mío, Te amo. Santificado sea Tu Nombre, venga Tu Reino, hágase Tu voluntad, oh Padre, como en el cielo. Padre, soy un pobre nada y en la profundidad de mi nada y en el conocimiento de mi debilidad, clamo a Ti el amor puro. A Ti que ves todo hermoso, santo e infinitamente misericordioso: clamo a Ti mi amor, Padre, por el honor y la gloria del Hijo, Tu y mi Jesús, que siendo yo y Tú mismo, me hiciste partícipe de Ti, Padre bendito".
La Asociación "Amigos de Angelina"
Para mantener viva su memoria, en la casa parroquial de Sala está activa la asociación "Amigos de Angelina". Además, la casa donde vivió hasta su muerte ahora es propiedad de la parroquia y alberga reuniones educativas de la misma asociación, de la acción católica, para jóvenes y grupos de oración.