El Padre Patrick Mary, un sacerdote de los Misioneros Franciscanos de la Palabra Eterna, tuvo el honor de bendecir a su hermana, Siobhan, momentos antes de que su vida cambiara para siempre.

A sus escasos 28 años, Siobhan ingresó al claustro de las Clarisas de la Adoración Perpetua. Si este nombre te suena familiar, es porque la fundadora de EWTN, Madre Angélica, también fue religiosa de esta orden.

El Padre Patrick conversó con ChurchPOP sobre este evento único en la vida, que quedó registrado en fotos compartidas por los Misioneros Franciscanos en sus redes sociales.

El Padre Patrick recuerda su propio viaje hacia la vida religiosa, siendo el hermano mayor de ocho niños.

“Cuando vivíamos en Alemania, en un momento empezamos a rezar el rosario juntos como familia", señaló. "Creo que esto realmente tuvo un impacto poderoso en nuestra familia, y también daría frutos más adelante".

Bromeando, el Padre compartió que a una edad temprana, su madre le preguntó si quería ser sacerdote, y nunca respondió "sí" o "no". 

Sin embargo, durante su primer año en la Universidad de Miami (Estados Unidos), empezó a pensar más seriamente en el sacerdocio. Durante un viaje de Navidad en familia a Alabama, visitaron el Santuario del Santísimo Sacramento para la Misa de medianoche.

“En el año 2000, durante esa misa, experimenté el llamado al sacerdocio”, compartió el Padre Patrick. “Sentí un fuerte llamado interior y era inconfundible”.

El sacerdote señaló su atracción hacia la vida sencilla de los Frailes Franciscanos y en el año 2002, el Padre Patrick ingresó oficialmente a la vida religiosa. 

"Cuando entré, Siobhan tenía 7 años. Cuando venían de Florida a visitarnos para ceremonias importantes, visitaban el Santuario del Santísimo Sacramento", explicó. "A veces podían visitar a las hermanas en el parlatorio, así que Siobhan pudo conocerlas desde muy joven”.
"Creo que así fue cómo sintió esa atracción inicial hacia ese estilo de vida, desde muy joven, solo por sus interacciones con las Clarisas en el monasterio de Hanceville".

Siobhan llevó una vida regular y rutinaria. Estudió educación musical en la universidad y cantó en el coro de EWTN y en el coro de la catedral. También fue maestra sustituta.

El Padre Patrick indicó que, si bien, su hermana salía en citas luego de la universidad, nunca pareció que ese fuera el camino al que el Señor la estaba llamando. El sacerdote recuerda que Siobhan tomaba su fe muy en serio y comenzó a considerar hacer una visita a las Clarisas.

Él la alentó a asistir a un retiro que las Clarisas organizaron para mujeres jóvenes en discernimiento. Luego las visitó algunas veces más e incluso experimentó vivir la vida en un claustro.

El Padre Patrick indicó que Siobhan confirmó que el Señor la estaba llevando a esta vida después de que la visita le dio mucha paz.

“Me sorprendió un poco. Pensé que tal vez sería dominica ya que enseñan, pero cuando realizó esa visita, se sintió realmente atraída por su vida de oración y adoración".

Las Clarisas de la Adoración Perpetua son monjas contemplativas de clausura que llevan un estilo de vida aislada.

Aunque este estilo de vida es un gran sacrificio, no son las únicas que lo hacen. Su familia y amigos también deben hacer un sacrificio de por vida de visitas limitadas con una rejilla. 

“Para mí, es una alegría pura", afirmó el Padre Patrick. "A nivel natural, tuve ese pensamiento del aspecto sacrificado. No tendremos tanta comunicación con ella como lo hacíamos en el pasado, pero al mismo tiempo, ese sacrificio es un hermoso regalo a Dios y una bendición para nuestra familia saber que nuestra hermana, la hija de mis padres, está allí rezando por nosotros, por la Iglesia y por el mundo".

También comparte que estas pequeñas visitas les brindan la oportunidad de aprovechar al máximo el tiempo que tienen con ella, haciendo que el saludo sea aún más significativo.

"Mis padres están muy llenos de alegría por lo que está haciendo y muy felices por ella", dijo el Padre Patrick. "Hay un aspecto agridulce, pero ciertamente es más alegre". 

Dar la bendición a Siobhan 

"Fue un gran regalo darle una bendición antes de que tocara la puerta para buscar la entrada", resaltó el sacerdote.

Además, comentó sobre el diálogo que ocurre cuando una mujer en discernimiento se arrodilla ceremoniosamente y toca la puerta del recinto y señaló la sacralidad de este protocolo.

Cuando la puerta se abre dramáticamente, Siobhan recita las palabras adecuadas y es aceptada. Luego entra en el abrazo de las otras hermanas, donde le dan un velo y una medalla. Su próxima vista de ellas se convierte en su primera visita oficial en el parlatorio a través de la rejilla, ya que ahora es postulante.

El Padre recuerda que la interacción que Siobhan tuvo por primera vez con las Clarisas cuando era niña hizo toda la diferencia en su vocación.

"Vivir ante Jesús en el Santísimo Sacramento: ella sintió una gran paz y se sintió atraída por ello", explicó el Padre Patrick.  "Pasando todo ese tiempo en oración ante el Señor en la Santa Eucaristía y vivir la vida en adoración eucarística le ha dado mucha fuerza, gracia y paz", agregó.

Por último, el Padre expresó su gratitud hacia sus padres por practicar la fe y ser un ejemplo a seguir. 

"El rosario fue influyente para ambos, para estar abiertos más tarde a responder al llamado a la vida religiosa".

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