Grupo indígena golpea a sacerdote, invade parroquia y toma de rehén a fraile franciscano

Este viernes al mediodía, un grupo de la comunidad indígena mapuche invadió una iglesia, golpeó al sacerdote y tomó de rehén a un fraile franciscano durante una hora.

El hecho se produjo en la parroquia Nuestra Señora de Luján en el pueblo de El Bolsón, provincia de Río Negro, en Argentina; cerca del límite con Chile.

“Entraron dos señoras que pidieron el baño y detrás de ellas, un grupo de encapuchados que me atacaron. Por suerte, pude salir corriendo“, dijo nervioso el sacerdote Ricardo Citadini, cuando logró escapar del lugar, al canal de noticias TN.

Por su parte, Jorge Peixoto, superior del convento comentó al Diario Río Negro:

“Dos personas solicitaron el baño, se generó un altercado y se les pidió que se retiraran. Ahí entraron otros, hubo empujones, palabras de más y tomaron el templo“.

Aquí puedes ver una fotografía del grupo indígena en el interior

Estas imágenes fueron tomadas cuando los agresores se encontraban en el interior

Así pudieron captar el momento en que el grupo indígena abandonaba la parroquia festejando la toma

 

Luego de que el grupo abandonara el lugar, la comunidad parroquial detectó el daño que los encapuchados habían perpetrado a la iglesia. Encontraron vidrios rotos, los bancos amontonados y pintadas sobre los crucifijos y los santos.

El problema con la iglesia local comenzó hace unos meses cuando un grupo de la comunidad indígena mapuche tomó un terreno perteneciente a un obispado. Ante esta situación, las autoridades episcopales hicieron la denuncia correspondiente.

Frente al inminente desalojo del territorio usurpado por la comunidad autodenominada  Lof Lafken Winkul Mapu, algunos activistas decidieron ejercer presión violentando la parroquia.

“Querían forzarnos a una mediación con el obispo de San Isidro por la propiedad de Mascardi. Hubo una comunicación con él. Dijo que iba a retirar la denuncia pero que no iba a dialogar telefónicamente hasta que no se retiraran”, afirmó el superior del convento.

La ejecución de la orden judicial quedó pospuesta por pedido del obispado, titular del predio, hasta que se garanticen todas las medidas de seguridad, tanto para los usurpadores como para los efectivos de la fuerza de seguridad que deban llevar adelante la medida.

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