Hoy la Iglesia celebra 3 fiestas: la Fiesta de la Virgen de la Candelaria, La Fiesta de la Presentación del Niño Jesús en el Templo y la Fiesta de la Purificación de María.
¿Por qué son tres fiestas en una? Acá te explicamos el sentido de cada una de ellas:
Fiesta de la Purificación de la Virgen María
Según la ley judía de entonces, cuando una mujer da a luz a un varón se la considera impura por siete días, y debía permanecer treintaitrés días en purificación. Si daba a luz a una niña, los días se duplicaban.
Al final del proceso, las mujeres iban al templo para presentar un cordero, dos tórtolas o dos pichones para sacrificarlos. El sacerdote oraba por la mujer y ella quedaba puras a los ojos de la sociedad judía.
La Virgen María, al pertenecer a dicha cultura, obedecía los preceptos, “purificándose” como indica la ley judía y presentándose al templo.
Fiesta de la Presentación del Niño Jesús en el Templo
No solo Jesús debía ser presentado, también la Virgen María debía presentarse para su “purificación” (Lucas 2, 22), razón por la que vino con dos tórtolas. Así mismo, era costumbre presentar al primogénito en el templo para su introducción al pueblo de Israel (Lucas 2, 23).
Aquí es donde sucede la profecía de Santa Ana, aquella quien profetizó la redención de Jerusalén por Jesús (Lucas 2, 36 – 38). Asimismo, el bendito Simeón oró por la Virgen y Cristo en el templo, y dijo:
“Ahora, Señor, puedes según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel” (Lucas 2, 29 – 32).
Fiesta de la Virgen de la Candelaria
Primero se celebraba la Fiesta de la Candelaria, instituida en el año 494 por el Papa Gelasio I, en sustitución a fiestas paganas romanas de la misma fecha. En dicha fiesta se celebra cómo Cristo es presentado en el templo por la Virgen como la “Luz del mundo”, por lo que se celebraba con una vela, que contiene una candela, de ahí el nombre.
Entre los años 1392 y 1400 unos indígenas de Tenerife, Las Islas Canarias, reportan haber presenciado una estatua de madera de la Virgen María en pleno campo, sin saber su procedencia. Ella se presentaba con una vela en la mano izquierda y al niño Jesús en el brazo derecho. Jesús lleva en sus manos un pajarillo de oro.
Ella fue llamada como la Virgen de la Candelaria, anexándola a la Fiesta de la Candelaria. Por lo que ahora dicha celebración se llama tanto “Fiesta de la Candelaria” como “Fiesta de la Virgen de la Candelaria”.