El 15 de septiembre de 2021, Yohana Rodríguez, una usuaria de Twitter que se declara ex feminista y católica provida, publicó un hilo donde cuenta cómo y porqué se alejó del feminismo.

En sus palabras se encuentra el fundamento de muchas otras mujeres que reconocieron que “esa independencia barata que te vende el feminismo es aquella con la que en realidad te controla“.

Ex feminista alerta: en el feminismo “te consuelan desgracia con desgracia”

“Yo empecé con ideas del feminismo en el 2015 más o menos usando tenía 15 años. Pero apenas recuerdo que se escuchaba en México, no era tan popular como ahora y sí te lo mostraban como un gran movimiento ante la violencia que la mujer vive en las calles, casa, etc.”, comienza el hilo.

“Así que yo recuerdo que ser feminista era como ser la ‘salvadora’ de las mujeres oprimidas. Así que empecé a leer muchas mujeres que eran figuras importantes, no sólo para el movimiento, sino en general.

Pero una vez que dices que sí al feminismo, te va metiendo las ideas lento. Fue cuando empecé a cuestionarme muchas cosas de la iglesia católica: ¿por qué las mujeres no pueden ser sacerdotes? ¿Por qué debo esperar hasta que me case para tener relaciones? ¿Por qué no al aborto?”, agrega Yohana.

“Y bueno, fue cuando a finales del 2017 mis ideas chocaban mucho con la religión y me separé. Y ahora sí me sentía ‘libre’. Podía hacer lo que quisiera, pensar como fuera, que al cabo mi moral se veía distorsionada por mi alejamiento cristiano.

Así que empecé a difundir mucho sobre la liberación sexual femenina. De verdad que tenía la idea de que la iglesia no quería dejarte vivir tu sexualidad como forma de control. Y me puse a hablar abiertamente sobre los beneficios de la masturbación”, confiesa.

Finalmente cuenta Yohana: “También llegué a apoyar al aborto. Sabía que se seguía matando una vida, nunca he negado que la hay desde la fecundación. Pero, ahora sí que era una indiferencia de que bueno, si ella quiere hacerlo, pues muy su pedo”.

Y de pronto se dio cuenta de algo. “Es cuando yo digo que no se puede ser feminista y católica. Porque el feminismo que me encantaba era el de la primera ola, pero difícilmente se puede serlo cuando ya está tan corrompido y solo te separa de tu fe”.

Tuve una gran depresión en mis momentos más feministas, hallaba mucho consuelo ahí. Pero duraba poco, porque a fin de cuentas, ahí te consuelan desgracia con desgracia. No hay una esperanza real. Es como si quieres ver cual es la mujer más violentada e ir por más.

Así que después fui recibiendo terapia con una psicóloga católica y aunque me costó mucho, me recordó de mi valor al ser hija de Dios. No fue un proceso de la noche a la mañana, tardé 2 años en mi conversión. Pero sin duda, cuando tienes amor, sólo tienes para dar de sobra”, reconoce.

Y, después de su larga experiencia, Yohana alerta: “Esa independencia barata que te vende el feminismo es aquella con la que en realidad te controla. Sin casarse, sin hijos y abortando ante la primera que tus planes laborales se vean afectados.

Ahora soy orgullosamente provida y profamilia. El feminismo me enseñó a lo que no quiero volver, el catolicismo a lo que sí quiero aspirar. En el feminismo no hay y no habrá congruencia”, concluye.

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