¿Has probado alguno de estos postres? Son muy comunes en muchas regiones del mundo.

Cada uno de ellos guarda una relación increíble y poco conocida con la fe cristiana.

Waffles

Son parte del desayuno típico estadounidense, pero lo que pocos saben es que en sus inicios se inspiraron en las hostias.

Después de años y variaciones en su diseño y uso, terminaron siendo los deliciosos waffles que muchos conocemos hoy.

Turrón de Doña Pepa:

En el siglo XVIII, una esclava peruana llamada Josefa Marmanillo, comenzó a padecer parálisis en los brazos.

Escuchó las noticias sobre los milagros concedidos a los devotos del llamada Cristo de Pachacamilla y oró por su curación. Se recuperó muy pronto y en agradecimiento creó un postre en honor a Él.

Así surgió Turrón de Doña Pepa, conformado por galletas de harina y manteca en forma de bastones unidos entre sí, bañado en miel de chancaca, frutas y grageas de caramelo.

Doña Josefa (o Doña Pepa) preparaba su dulce para honrar a Cristo y lo solía compartir con la gente.

Rosca de Reyes

Este postre español que fue adoptado por la mayoría de los países hispanohablantes. Se come tradicionalmente el 6 de enero para celebrar la Epifanía o Bajada de Reyes.

Su forma redonda se asemeja a una corona, y en una de las tradiciones se coloca un muñeco de Jesús y una haba en la masa.

Al repartirlo, quien le toque el pedazo con el Niño Jesús o un muñeco será considerado afortunado, y quien le toque la haba será considerado como “el tonto del haba”.

Pionono

Es un bizcochuelo delgado, enrollado con dulce de leche. Fue preparado por primera vez en 1897 por Ceferino Isla González para honrar al Papa San Pío IX (Pío Nono), en agradecimiento por proclamar el dogma de la Inmaculada Concepción.

Dicen que no solo quiso usar el nombre del Pontífice sino copiar algunas características físicas: aspecto cilíndrico y revestido de blanco.

Bastones de Dulce

Estos caramelos blancos y rojos clásicos de Navidad son muy populares en los países de habla inglesa y conocidos en todo el mundo.

Una de las historias de su origen cuenta que un hombre quiso dar mensajes cristianos en una época de persecución en Europa en el siglo XVIII.

Este hombre creó el dulce y mientras algunos pensaban que era un bastón de caramelo, los cristianos sabían que invirtiéndolo sería una “J”, la inicial de Jesús. Además lleva el rojo por la sangre de la Pasión y el blanco por su Resurrección.  

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