En el alejado pueblo de Nakuron, en la frontera de Kenia con Etiopía, está la que posiblemente es una de las capillas más sencillas del mundo. Hecha de ramas y palmas, tiene un simplísimo altar y está dedicada a la patrona de las misiones que nunca dejó su convento: Santa Teresita del Niño Jesús, cuya imagen impresa en un humilde papel y cubierta con plástico adorna el lugar.
El creador de contenidos Walter Gómez hizo el hallazgo en un viaje misionero y lo compartió en sus redes sociales conmoviendo a miles:
La historia
Walter Gómez, es un creador digital nicaragüense, que busca vivir plenamente su fe. Lo que más le apasiona es compartir en sus redes sociales, lo que ora, vive y escribe para dar testimonio de que Jesús sale al encuentro de todos desde cada realidad y contexto.
El verano pasado llegó en un viaje misionero hasta Kenia, para asistir a mujeres embarazadas y niñas en situación de calle. Estando allí sintió en su corazón el impulso misionero de ir a un lugar de mayor necesidad, donde nadie quisiera ir, y por esas cosas de Dios conoció la misión en Turkana, una aldea en la frontera con Etiopía.
El sacerdote colombiano Jonathan Acuña, misionero de la Consolata en tierras africanas, se contactó con él. Al ver la labor que realizaba el Padre Jonathan, Walter, supo que ese era el lugar al que Dios lo llamaba. Es así que por 14 días Walter y dos amigas vivieron en en la parroquia de Loiyangalani, una de las zonas más pobres de África.




Fotos cortesía de Walter Gómez.
Los Turkanas son tribus nómadas, que se asientan en pequeñas comunidades formadas por varias familias y viven en la más extrema pobreza. Son pastores nómadas conocidos por la crianza de camellos y la elaboración de cestas. El lago Turkana, uno de los lagos más grandes del mundo, es el punto fundamental para su supervivencia ya que les proporciona alimento a través de la pesca y de la agricultura, en medio de esta zona paradójicamente desértica.
Walter pudo acompañar la misión del Padre Jonathan en la parroquia de Loiyangalani. Compartieron su misión, en la educación y la catequesis, además de los Misioneros de la Consolata, con las Misioneras Teresitas que se encargan de la escuelita parroquial en la que, de forma extraordinaria, están educando a los niños pastores primogénitos de la tribu, que por muchos años no accedieron a la educación por tener que liderar el pastoreo.




Fotos cortesía de Walter Gómez.
Toda la misión fue una experiencia extraordinaria para Walter, sin embargo, el día que quedará marcado para siempre en su corazón, fue cuando tuvo la oportunidad de visitar el pueblo de Nakuron. Cuando llegaron a este pequeñísimo poblado, los recibieron con bailes —hacía 3 meses que nadie los visitaba—.
Entraron a una pequeña capilla trenzada con ramas y palmas por las mujeres de la tribu, en la que algunos de los pobladores se habían reunido expectantes para celebrar la Eucaristía. El simplísimo altar estaba precedido por una imagen de Santa Teresita del Niño Jesús, forrada en un plástico para protegerla del polvo y de la humedad.
Esta imagen sencilla pero sobrecogedora conmovió profundamente a Walter, que en su mente solo pensaba:
“Lo lograste, Teresita lo lograste, llegaste como misionera un lugar perdido del mundo”.




Fotos cortesía de Walter Gómez.
A Walter le impresionó muchísimo ver cómo la Iglesia está obrando en esos lugares y cómo el trabajo sacrificado y lleno de amor de sacerdotes y religiosas llena de vida las zonas más remotas de la tierra:
“El Evangelio llega a esos rincones y Cristo Eucaristía se hace presente, y no dignifica el lugar, sino la realidad de hijo e hija de Dios de cada persona, sin importar su contexto, solo por hacerse presente”.
El padre celebró la Misa en suajili, la lengua oficial de Kenia y varios países de África, entre cantos y oraciones llenas de profunda fe y devoción.
La patrona de las misiones que nunca salió de su convento
Santa Teresita, patrona de las misiones, y Walter nos recuerdan una realidad importantísima: desde nuestro lugar y contexto recemos y acompañemos la misión de la Iglesia en los lugares olvidados del mundo.
Santa Teresita del Niño Jesús es patrona de las misiones porque, aunque nunca salió de su convento carmelita, su amor por Jesús la llevó a ofrecer sus oraciones, sacrificios y sufrimientos por los misioneros y por la evangelización del mundo entero. Ella acompañaba a los misioneros como “hermana espiritual” con cartas, consuelo y oración constante.




Fotos cortesía de Walter Gómez.
Teresita comprendió que la oración y el amor tienen una fecundidad misionera igual o mayor que la acción visible, y enseñó que se puede ser misionero desde el corazón, haciendo del amor el motor de toda la Iglesia. Por ello, en 1927, el Papa Pío XI la proclamó patrona universal de las misiones junto a San Francisco Javier.
