En la ciudad de Barcelona (España), un lugar de devoción se alza en lo más alto de una montaña. Este es el Real Santuario de San José de la Montaña, el primer santuario en el mundo dedicado al padre adoptivo de Jesús.

La historia de este santuario está profundamente ligada a la vida de la Beata Petra de San José, fundadora de la Congregación de Madres de Desamparados y San José de la Montaña, cuya fe inquebrantable al casto esposo de la Virgen María inspiró la construcción de este monumento.

En 1890, su comunidad se encontraba en una difícil situación. Al finalizar el contrato de alquiler de la casa donde vivían, el dueño del lugar les indicó que debían comprar la propiedad o irse, pero en ese momento la congregación no contaba con el dinero suficiente. Las hermanas buscaron infructuosamente un nuevo hogar sin ningún resultado. Entonces, Madre Petra tuvo que viajar desde Valencia a Barcelona para enfrentar la situación.

Al llegar, lo primero que hizo fue orar a San José. A su salida de la oración, cuando le preguntaron qué había dicho el santo, ella, segura de su fe, respondió que San José lo arreglaría.

“Entraron a la capilla a dar gracias a San José, y ocurrió algo realmente sorprendente, se dieron cuenta de que la cabeza de la imagen se había inclinado suavemente hacia el lugar donde Madre petra había estado orando. Esto dio pie a que consideraran a esta imagen milagrosa”, indica la congregación en su página web.
Imagen de San José de la Montaña. Créditos: Wikimedia Commons, Pere López Brosa (CC BY-SA 4.0)

Días después, llegó a la casa una joven buscando a la Madre Petra. La portera le indicó que no había nadie de la comunidad pues se encontraban realizando ejercicios espirituales.

“Cuando termine, haga usted el favor de entregarle esta tarjeta y decirle que deseo hablar con ella para hacerle donación de una finca que me pertenece”, pidió antes de retirarse.

La joven era Carmen Masferrer, que había decidido donar unos terrenos en la “Montaña Pelada”. El lugar era amplio pero pedregoso y de difícil acceso. Pero eso no detendría a la futura beata en la construcción del gran proyecto: un hogar para niñas huérfanas y un santuario dedicado a San José.

El 14 de agosto de 1895, se pondría la que sería la primera piedra del Real Santuario de San José de la Montaña, y su inauguración se realizaría el 20 de abril de 1902.

El Santuario ganaría fama gracias a la imagen de San José, ubicada en una capilla a la entrada. Los milagros asociados al santo expandieron rápidamente la devoción y pronto las personas empezarían a llevarle cartas con sus peticiones. 

“Una señora a la que tenían que amputar una mano, subió a orar ante el santo y le dejó a los pies una nota escrita con su petición, a los pocos días volvió completamente curada y esa noticia corrió como la pólvora y fue cuando la gente acudía frecuentemente llamándolo ‘San José el de la Montaña’, nombre que se le quedó para siempre, igual que la tradición de hacer las peticiones por escrito”, indica la congregación.
“Actualmente este santuario recibe cartas de peticiones de muchas partes del mundo, que son ofrecidas y quemadas en un acto llamado quema de cartas a San José de la Montaña”, agrega.

Gracias a la gran fama, el santuario recibiría el título de “Real” por el rey Alfonso XIII en 1908. Y en 1920, el Papa Benedicto XV concedería la Coronación Canónica de San José de la Montaña. 

“Posteriormente, la corona fue robada en 1936, durante la guerra civil española, y recuperada el 6 de abril de 1942. Se celebró la recoronación, presidiendo la ceremonia el Obispo de Barcelona, Don Miguel de los Santos Díaz Gómara”, agregó la congregación.
Real Santuario de San José de la Montaña. Créditos: Wikimedia Commons, MJGDoblado (CC BY-SA 3.0)
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