Seguro has oído hablar de “Nuestra Señora de Guadalupe” de México. ¿Pero conoces al “Señor de los Milagros” de Perú?
Aunque esta devoción no es tan popular fuera de Sudamérica, la imagen del Señor de los Milagros, también conocido como el Cristo Moreno, es muy querida entre los católicos peruanos e inspira una de las procesiones religiosas más grandes del mundo cada año. Esta es su asombrosa historia.
El Señor de los Milagros, la extraordinaria imagen que jamás pudo ser destruida
Todo comienza alrededor del año 1651 en las afueras de Lima, la capital del Perú. Un esclavo africano pintó en una pared una imagen de Jesús en la cruz, con la Santísima Virgen María y Santa María Magdalena. No se sabe mucho más sobre el artista: algunas fuentes señalan que su nombre pudo ser Benito o Pedro Dalcon, pero nadie lo sabe con certeza.
Solo unos años más tarde, en 1655, un terremoto masivo golpeó Lima. Miles de personas murieron y secciones enteras de la ciudad quedaron destruidas. Sin embargo, hubo una excepción: la pared de adobe que tenía la pintura quedó completamente intacta.
En 1670, Andrés de León, un residente prominente de la ciudad, tenía una enfermedad terminal. Desesperado por recibir ayuda, visitó la imagen con fe y, milagrosamente, ¡fue sanado!
Rápidamente, se corrió la voz del milagro y la imagen se convirtió en un lugar de peregrinaje. Una gran multitud comenzó a reunirse para ver la imagen y las autoridades civiles y religiosas comenzaron a preocuparse por considerar inapropiada este tipo de devoción.
Pero los intentos de eliminarla fueron opacados por hechos sorprendentes.
La Enciclopedia Católica relata al respecto:
“El pintor, lo intentó dos veces: la primera vez se desmayó, y la segunda quedó paralizado. Luego, otra persona, que también quiso intentarlo, sufrió de un temblor inusitado. Finalmente, una persona distinta de las anteriores, a la que se le ofrece paga, dijo que no podía hacerlo".
Finalmente el virrey Pedro Antonio Fernández de Castro permitió que se venerase la pintura en su lugar original. Desde entonces, se han atribuido a la intercesión de la imagen muchos milagros.
En 1687, otro gran terremoto golpeó Lima. Una vez más, la imagen quedo intacta.
La devoción al Señor de los Milagros creció tanto que el cuarto mayordomo, Sebastián de Antuñano y Rivas, decidió realizar la primera procesión por las calles de Pachacamilla (Lima).
Como era imposible llevar en procesión la pared en la que estaba pintada la imagen, se realizó una copia en lienzo.
Hasta el día de hoy, puedes visitar la imagen original en la pared del Santuario de Las Nazarenas en Lima, y su procesión sigue reuniendo a cientos de miles de personas cada octubre.
El Señor de los Milagros también recorre las calles en otros países de América y Europa, como Chile, Colombia, Argentina, Estados Unidos, Italia y Francia.