Durante el mes de noviembre, el Papa León XIV destacó a tres grandes santos cuyas composiciones siguen guiando la fe de millones de católicos. Sus himnos recuerdan que la música no solo embellece la liturgia, sino que también evangeliza.

En el marco de la fiesta de Santa Cecilia, patrona de la música, que se celebra el 22 de noviembre, el P. Raymond J. de Souza señaló que, aunque muchos santos han demostrado talento musical, son pocos los reconocidos por sus propias composiciones.

En un artículo para National Catholic Register, el sacerdote recordó a 3 santos cuyos himnos el Santo Padre ha puesto en relieve recientemente.

1. Santo Tomás de Aquino

El P. Raymond indicó que Aquino ofrece “la banda sonora de la devoción eucarística de la Iglesia”. Sus himnos O Salutaris Hostia, Pange Lingua y Tantum Ergo acompañan tradicionalmente la adoración eucarística.

“‘Adoro Te Devote’ es otro de sus himnos eucarísticos, a menudo cantado durante la comunión en la Misa”, señala el sacerdote.

Si bien, pocos católicos han leído la vasta obra teológica de Santo Tomás, millones si pueden cantar de memoria sus himnos.

2. San John Henry Newman

Aunque sus himnos son menos conocidos, fueron destacados por el Papa León XIV en la Solemnidad de Todos los Santos de 2025, cuando Newman fue proclamado Doctor de la Iglesia.

“La referencia a la oscuridad que nos rodea nos remite a uno de los textos más conocidos de san John Henry, el himno Lead, kindly light (‘Guíame, Luz amable’). En esa hermosa oración, nos damos cuenta de que estamos lejos de casa, que nuestros pies vacilan, que no logramos descifrar con claridad el horizonte. Pero nada de esto nos detiene, porque hemos encontrado la Guía: ‘Guíame, oh Luz amable, entre las tinieblas que me rodean. Guíame tú’”, señaló el Santo Padre.

Según el P. Raymond, el Pontífice resumió la visión educativa del santo en los breves versos del himno:

“Es tarea de la educación ofrecer esta Luz amable a aquellos que, de otro modo, podrían quedarse prisioneros de las sombras particularmente insidiosas del pesimismo y el miedo”.

Durante la beatificación de Newman en Inglaterra en 2010, Benedicto XVI también recordó las composiciones del nuevo doctor de la Iglesia, al concluir la homilía con versos tomados de El Sueño de Gerontius.

“Qué mejor que expresar nuestra alegría de este momento que dirigiéndonos a nuestro Padre del cielo con sincera gratitud, rezando con las mismas palabras que el Beato John Henry Newman puso en labios del coro celestial de los ángeles:
‘Sea alabado el Santísimo en el cielo,
sea alabado en el abismo;
en todas sus palabras el más maravilloso,
el más seguro en todos sus caminos’.
(El Sueño de Gerontius)”.

3. San Francisco de Asís

Conocido como el “Juglar de Dios”, San Francisco utilizó la música como alabanza y catequesis. Este año, la Orden Franciscana celebra los 800 años del “Cántico de las Criaturas”, uno de los textos más antiguos de la literatura italiana.

En él, San Francisco alaba a Dios por toda la creación:

“Hermano sol, por quien nos das el día y nos iluminas. Y es bello y radiante con gran esplendor, de ti, Altísimo, lleva significación”.

El Papa Francisco tomó la expresión “Alabado seas” para titular su encíclica Laudato Si’. A su vez, el Papa León XIV citó este himno durante una Misa por el Papa Francisco, los cardenales y obispos fallecidos en el último año.

“Sí, podemos cantar: ‘Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana muerte corporal’. El amor de Cristo crucificado y resucitado ha transfigurado nuestra muerte: Él la ha convertido de enemiga en hermana, la ha domesticado”.
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