¡Escucha estas enseñanzas del padre Loring! La Divina Misericordia, junto con la coronilla, la imagen de Jesús Misericordioso y otros signos que el Señor le enseñó a Santa Faustina, forman parte de la devoción a ese Cristo que siempre está dispuesto a perdonarnos.
El padre Loring, en una de sus célebres y magistrales exposiciones televisivas, nos explica por qué Jesús Misericordioso es el gran perdonador y cómo debe entenderse la Divina Misericordia.
El padre Loring explica por qué en la Divina Misericordia hay un mensaje de Jesús para nosotros
A continuación te presentamos las principales ideas expuestas por el padre Loring:
- Hay más alegría en el Cielo por un pecador que se convierte que por 99 justos que no necesitan perdón. Lo que quiere decir Cristo es que el pecador que se convierte da al cielo una alegría nueva, una alegría distinta de la alegría que dan los justos. Porque la conversión del pecador es una cosa nueva, distinta.
- Cristo perdona enormemente, perdona siempre al pecador arrepentido. Si no hay arrepentimiento no hay perdón de Dios.
- El arrepentimiento no excluye el miedo a volver a pecar. Se puede estar arrepentido del pecado y tener miedo de volver a caer. Lo que no se puede es tener voluntad de volver a caer. Lo que es incompatible con el arrepentimiento es la voluntad de seguir pecando.
- El arrepentimiento lleva consigo evitar la ocasión. Si uno no quiere evitar la ocasión, no hay verdadero arrepentimiento. “Si yo sé que en estas ocasiones caigo, y no quiero quitar la ocasión, no tiene sentido”, dice el padre Loring. Porque el que pone la ocasión, pone el pecado. Si quieres evitar el pecado, quita la ocasión.
- Tenemos que perdonar como Cristo perdonó. Hay que perdonar siempre, pero perdonar no significa que uno tenga que evitar el dolor de la ofensa. Perdonar es un acto de la voluntad, aunque permanezca el dolor de la ofensa. El sentimiento hostil ante la ofensa es inevitable, pero la voluntad se sobrepone al sentimiento.
- Nunca debemos negarle el perdón a un hermano, porque por mucho que el me pueda haber ofendido, no tiene punto de comparación con lo que Dios me ha perdonado. El ejemplo de lo que Dios me ha perdonado, tiene que animarnos a perdonar a nuestros hermanos todo lo que nos hayan ofendido; por mucho que nos duela.
- Que alguien perdone a su hermano no excluye que exija la justicia.
¿Qué te parecen las enseñanzas del padre Loring sobre la Divina Misericordia?