Serge Abad Gallardo participó en la masonería y se alejó en el año 2012. Desde entonces se dedicó a denunciar el anticristianismo masónico y su impacto en la política de los países. En este artículo te compartimos la experiencia con la Virgen que lo acercó a Cristo y su crítica a la masonería.

Tal como cuenta en una entrevista a National Catholic Register, su conversión al catolicismo se produjo luego de visitar el santuario de Nuestra Señora de Lourdes. Hasta entonces había pertenecido a la orden masónica global Le Droit Humain, donde ingresó cuando aún era un joven.

El camino a su conversión

“El primer paso de mi conversión ocurrió antes de una estatua de Santa Teresa de Lisieux en la Catedral de Narbona . Mi hijo estaba en problemas y yo estaba pasando por un momento difícil. Un día, decidí ir a la catedral que estaba al lado de mi oficina para rezar”, comenta.

Fue entonces que decidió asistir al santuario de Lourdes para rezar por él y por su hijo.

Gallardo cuenta que “Allí, fui a la gruta y recé un Rosario completo por primera vez. Al final de la oración, cuando me levanté, mis piernas cedieron debajo de mí y se sintieron paralizadas.

Vi una luz fuerte que salía de la estatua de la Virgen MaríaAlgunas personas alrededor intentaron ayudarme a ponerme de pie, pero mis piernas permanecieron paralizadas durante muchos minutos”

Después de esta experiencia inexplicable, Serge decidió asistir a un retiro espiritual que marcó el inició de su fe católica.

La renuncia a la masonería

Cuando regresó a su vida cotidiana y se reincorporó a la orden masónica notó que sus creencias eran incompatibles con las actividades de la logia.

“Dejé de asistir a las reuniones masónicas, y hablé con algunos sacerdotes que confirmaron la incompatibilidad entre mi fe y la actividad masónica. Renuncié oficialmente aproximadamente un año después de mi regreso a la fe”, confiesa Gallardo.

Los frutos de su trabajo

Serge Abad Gallardo cuenta en la entrevista que su esfuerzo en mostrar la incompatibilidad entre la masonería y el catolicismo tuvo sus efectos.

Relata el encuentro con un comerciante que, en conocimiento de sus críticas hascia la actividad de los masones, lo increpó. Resultó que el tendero era católico y masón, y pensaba que ambas cosas podían convivir.

Gallardo recuerda: “Me dijo que su logia había reclutado a un oficial superior que de repente renunció después de leer uno de mis libros, ya que es católico y se dio cuenta de que estaba cometiendo un pecado grave. Varios ex masones me han escrito para compartir su testimonio en los últimos años. No puedo cambiar el mundo, pero puedo abrir algunas conciencias”.

La razón de la incompatibilidad

Al preguntarle por qué descubrió la oposición entre el catolicismo y la masonería, Gallardo dice

“No podemos pensar por un lado que Dios se hizo carne, que Cristo es el Hijo de Dios y murió en la cruz para salvarnos, y por otro lado considerar, como creen los masones, que Dios es algo abstracto, una fuerza indefinida llamada El Gran Arquitecto del Universo, que es similar a una fuerza cósmica”.

Además de ello, el ex masón señala que la segunda incompatibilidad se halla en el hecho de que en las logias buscan la verdad a través del esoterismo, rituales y procesos mágicos.

El servicio al diablo en la masonería

Serge narra que en una ocasión, cuando era oficial en el albergue de Le Droit Humain, escuchó un ritual que rendía culto a Lucifer. Se trataba de un rito escocés antiguo que decía “Debemos agradecer a Lucifer por traer luz a los hombres”.

Gallardo sostiene que los masones “consideran que las religiones, y el catolicismo en particular, ocultan la verdad a los creyentes y se la guardan para sí mismos, mientras que la masonería proporciona claves a los seres humanos para que puedan liberarse por completo”. Allí radica su trampa.

La acción de los masones en la política

Serge Abad Gallardo, luego de mencionar todas las leyes contrarias a la moral católica impulsadas por la masonería, cita algunas cifras que señalan su importancia en la política francesa:

“En mi libro, doy cifras sobre las dos asambleas francesas: el Senado y la Asamblea Nacional. Los masones representan alrededor del 0,03% de la población francesa y, sin embargo, el 35% de los diputados y senadores de Francia son masones.

Es 120 veces más probable que se convierta en diputado o senador para un masón que para alguien que no lo es”.

Como conclusión para combatir a la masonería señala:

“Una solución a esta grave amenaza para la democracia sería abolir el secreto y obligar a los políticos a decir públicamente que son masones. Al menos los ciudadanos sabrían claramente a quién votan”.

¿Sabías que el Código de Derecho Canónico de 1983 en el canon 1374 considera que es un delito participar en la masonería?

¡Recemos porque todas esas personas puedan encontrar el camino hacia el Señor!

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