El director de vocaciones de la Arquidiócesis de Portland, Oregon (Estados Unidos), P. Peter Julia, tiene una historia vocacional poco convencional. Conoce cómo de un doloroso divorcio llegó a ser sacerdote.
Durante la JMJ 2023, el P. Julia conversó con Catholic News Agency (CNA) sobre cómo descubrió su vocación a la vida consagrada.
“Yo pensaba igual que muchos jóvenes de mi edad, que estaba llamado al matrimonio. Y, de hecho, llegué a casarme, que es un gran impacto para las personas que me conocen”, señaló.
“Estuve casado durante tres años y luego me divorcié. Es algo que mucha gente experimenta, ya sea que fueran hijos de padres divorciados o que se divorciaron ellos mismos”, agregó. “Es sorprendente como Dios es el único que puede sacar algo grande y bueno de una situación difícil, eso es exactamente lo que hizo conmigo”, agregó.
El P. Julia indicó que empezó un proceso de nulidad matrimonial, donde conoció al P. George Wolf, sacerdote de la Catedral de Santa María de la Inmaculada Concepción en Portland, que lo ayudó a fortalecer su relación con Dios.
“Empezó a cuidar de mí, yo iba a misas diarias todo el tiempo. Y luego, a través de ese proceso de nulidad, eventualmente estuve tanto en la iglesia que él dijo: ‘¿Te unirías al consejo pastoral?’ Así que me uní”, resaltó.
El sacerdote resaltó que su tiempo en el consejo pastoral lo llevó a hacer más por la iglesia. Finalmente, cerca a los 30 años, fue cuando realmente empezó a cuestionarse sobre entregar su vida a Dios.
“Pensaba que tal vez me había desviado y que en realidad debía hacer algo diferente desde el principio”, agregó.
El P. Julia señaló que él se dedicaba a los deportes de exterior, como la escalada, donde entrenaba a equipos de escalada competitiva, pero dejo todo porque sabía que Dios lo llamaba a ser sacerdote.
Finalmente ingresó al seminario en 2012 y fue enviado por el Arzobispo Alexander Sample a Roma para estudios adicionales, donde obtendría dos títulos.
Un mensaje para los jóvenes
“Si no sabes a dónde vas, ¿quién eres por definición? Estás perdido”, señaló el sacerdote. “Creo que el mundo no sabe hacia dónde se dirige. No creo que sepan que su destino es estar con Dios en el cielo. Pero si sabes eso, todo lo que debes hacer desde este momento hasta el final es realmente orientar tu vida a esa meta”, agregó.
“El mundo está medio hambriento y el mundo está perdido”, lamentó. “¡Así que no es de extrañar que el mundo esté donde está hoy! Pero si somos alimentados por el Señor y si sabemos hacia dónde vamos, eso es realmente todo lo que necesitamos. Él se encargará del resto”.