La Hermana de Santa Teresita del Niño Jesús, Céline Martin, no solo compartió la profunda fe de su familia, sino que usó su talento para documentar la vida dentro del Carmelo. Si te dedicas a la fotografía, no dudes en pedir la intercesión de esta monja.

En un artículo para National Catholic Register, el fotoperiodista Jeffrey Bruno compartió su admiración por la vida de Céline Martin, también conocida como la hermana Genoveva de la Santa Faz.

El fotoperiodista indicó que hace años, mientras buscaba imágenes de Santa Teresita del Niño Jesús, se sorprendió de la cantidad de fotografías de alta calidad que existían de esta santa.

“Solo un puñado de santos del siglo XIX fueron fotografiados, y en la mayoría de los casos, solo una o dos veces. Pero en su caso, había decenas de fotos a lo largo de toda su vida”.

Estas imágenes fueron tomadas por Céline, la hermana fotógrafa de Santa Teresita. Ambas fueron muy cercanas durante su juventud, hasta que la santa ingresó al convento. Este vínculo se retomó cuando Céline se unió a Teresita en el Carmelo en 1984.

Celine y Teresa. Crédito: Familia Martin.

Bruno resaltó que Céline fue desde joven una persona innovadora, “tenía un espíritu tenaz, un corazón de artista y una mente de ingeniera”.

La monja indicó en su autobiografía:

"Me gustaba mucho hacer inventos y entender los mecanismos. Como tenía una máquina de coser, la desarmé completamente, limpié cada pieza y luego las volví a colocar en su lugar. Hablando de la máquina de coser, también sabía hacerla funcionar, y a menudo, nuestras primas y yo confeccionábamos vestidos para nosotras mismas".

Céline destacó en los estudios, ganando varios premios de excelencia en matemáticas, pero su pasión era la pintura.

“Recibió ofertas para estudiar con los grandes maestros en Le Salon de París e incluso su padre, Luis, la alentó a seguir esa carrera. Sin embargo, cuando él le ofreció ayuda para mudarse, Céline le confesó que sentía el llamado a la vida religiosa”, resaltó Bruno.

Al fallecer su padre, Céline decidió seguir su vocación en el convento carmelita de Lisieux, uniéndose a sus hermanas y a su prima. Tomó el nombre de hermana Genoveva de la Santa Faz y se le permitió ingresar con su voluminosa cámara.

“La cámara que usó era una caja de madera de 13x18 cm con un lente Darlot. Utilizaba un proceso de placa seca o ferrotipo, una técnica fotográfica del siglo XIX que generaba una imagen positiva en una lámina de metal lacada”.
Céline lidera la aventura, seguida por su prima Marie Guerin y su hermana Jeanne. Crédito: Familia Martin.

Sus fotografías no solo destacaron por su habilidad, sino por el lugar donde fueron tomadas: dentro de un claustro.

“Ella fue una de las primeras personas en fotografiar dentro de un claustro y la primera monja en hacerlo. Ser miembro de la comunidad religiosa le dio acceso al corazón de la orden: su funcionamiento interno, su vida interior, y qué vida fue”.

Durante su vida en el convento, Céline tomó 41 fotografías, entre las que se destacan las relacionadas a su hermana menor, Santa Teresita. Entre las más famosas están las realizadas el 21 de enero de 1895, Fiesta de Santa Inés.

“Cada año, la comunidad carmelita celebraba la festividad de la priora, en este caso, Madre Inés de Jesús (Paulina Martin), su hermana mayor. Teresita contribuía a estas celebraciones escribiendo y produciendo obras de teatro que luego representaban.

Para la festividad de Madre Inés, creó una obra sobre Santa Juana de Arco. Céline, quien había ingresado al convento unos meses antes, interpretó el papel de Santa Catalina… y también fue la fotógrafa.

Teresa y sus hermanas con la Madre Marie de Gonzague. Se cree que esta es la primera fotografía del monasterio que Céline tomó después de ingresar al convento. Crédito: Céline Martin.

Durante una de las representaciones, Teresita, en el papel de Juana, estuvo a punto de ser quemada viva en un incendio accidental. Sin inmutarse, permaneció firme, demostrando así su disposición a ofrecer su vida a Dios.

Las obras, preservadas en línea por los archivos del Carmelo de Lisieux, ofrecen una visión de su talento. El libro "Las obras de teatro de Santa Teresita del Niño Jesús” proporciona un valioso contexto sobre estos trabajos”.

La vida de Céline también destacó por su gran amor por Cristo, un hecho que podemos encontrar en sus escritos.

"Desde el momento en que buscamos primero su Reino y su justicia, Él se complace con nosotros. Y estoy segura de que, incluso en ocupaciones cuyo objetivo inmediato no era la eternidad, siempre me entregué a ellas con la intención de encontrar en ellas alguna belleza que me acercara a mi Creador. Además, no era difícil, todo me elevaba hacia Él, incluso aquellas cosas que naturalmente deberían haberme apartado de Él."

Bruno resalta que Céline dedicó su vida a desarrollar los dones que Dios le dió, mientras aprendía a “desapegarse de ellos en su corazón para hacer espacio a Cristo”.

Céline Martin. Crédito: Familia Martin
“En un mundo que a menudo olvida las manos que moldearon sus recuerdos, Céline Martin – artista, hermana y, tal vez, futura patrona de los fotógrafos junto con Santa Verónica – no será olvidada.

Impulsada por su amor a Cristo, su cercanía con su hermana y su talento como fotógrafa, nos dejó más que imágenes: nos dejó una ventana a un alma”.

Puedes ver las fotografías tomadas por Céline en el claustro aquí.

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