En el 12 de diciembre la Iglesia celebra a la Virgen de Guadalupe, una de las advocaciones marianas más famosas y queridas del mundo.
Hace casi 500 años, Nuestra Madre se apareció a San Juan Diego, un indígena de México y le pidió que se construyese un templo. Como prueba, su imagen quedó impresa en la tilma del indígena. Este manto que se encuentra expuesto en la Basílica de Nuestra Señor de Guadalupe, en Ciudad de México, uno de los lugares de peregrinación que más personas recibe al año.
El manto tiene muchos detalles…
Figuras en los ojos
El manto fue analizado digitalmente por el ingeniero peruano José Aste Tönsmann, del Centro de Estudios Guadalupanos de México.
El proceso digital usado fue el mismo que se utiliza en los satélites o sondas espaciales para transmitir información visual del espacio.
En el estudio se descubrieron 13 figuras en el iris y la pupila de los ojos de María. Los ojos de la Virgen muestran la escena cuando San Juan Diego mostraba la imagen del Obispo Fray Juan de Zumárraga.
No es una pintura
En el siglo XVII se hizo un estudio que trataba de copiar la imagen en tilmas como la del santo.
Fue muy difícil replicarlo, pero las réplicas conseguidas no duraron más de 20 años ya que naturalmente se denigraban.
Hay que recordar que la imagen impresa en la tilma de San Juan Diego tiene ahí 500 años.
Sus colores no son naturales
La tinta de la imagen es hasta ahora inexplicable. El premio Nobel de Química, Richard Kuhn realizó un análisis de la imagen.
Descubrió que los tintes utilizados no son animales, vegetales ni minerales. Como la impresión sintética no existía en aquella época, es inexplicable científicamente cómo llegó la imagen ahí.