¿Por qué muchas experiencias místicas describen un “aroma a santidad”? La fe de los católicos no necesita de signos sensibles: creemos en Dios y todo lo que Él reveló por su autoridad personal. Sin embargo, el Creador, en su infinita misericordia, nos regala motivos de credibilidad.

Los milagros, signos evidentes de carácter sobrenatural, son formas en que Dios revela su presencia salvífica a los seres humanos. Muchas de estas manifestaciones divinas suelen ir acompañadas de lo que se conoce como el “aroma a santidad”.

Pero, ¿Qué es? ¿Cuál es su significado?

Aroma a santidad: lo que debes saber sobre “la fragancia del Espíritu Santo”

Dios, Santísima Trinidad, es Uno y Trino. Esto significa que existen Tres Personas y una Única sustancia divina. Dios actúa de diferente forma: al Padre se le atribuye la Creación, al Hijo la Redención y al Espíritu Santo la Santificación.

Es en su obrar santificador que la acción del Espíritu Santo puede ir acompañado del “aroma a santidad” que muchos místicos dicen haber percibido.

El “aroma a santidad” es la percepción mediante un signo físico de un accionar, en principio, sobrenatural. Dios se hace de alguna manera accesible a nuestros sentidos con perfumes delicados que denotan divinidad.

El primer sentido del perfume es la alegría espiritual. Una de las características de la presencia del Espíritu Santo en el alma es el gozo y la alegría como frutos del Espíritu de Dios.

El segundo sentido hace referencia al perfume como el “lenguaje del amor”, en el que cada diferente olor, tiene una significación distinta.

Un último sentido del “aroma a santidad” es manifestar la presencia de orden sobrenatural. la percepción de perfumes suavísimos manifiesta y simboliza presencias espirituales de Cristo, de María o de los santos bajo una acción misteriosa del Espíritu Santo que les llena.

Así, por ejemplo, el perfume de las rosas se asocia con la presencia de la Santísima Virgen María y el de incienso, con la presencia de nuestro Señor Jesucristo.

Otras veces, el “aroma a santidad” se manifiesta en olores asociados con algún Santo en particular. Dos ejemplos muy notorios y comunes son los de Santa Teresa de Lisieux (olor a rosas) y El Padre Pio (un suave olor a tabaco de pipa). Esto es lo que se conoce como Osmogenesia.

Siempre se debe proceder con prudencia y cautela antes de afirmar la presencia de una acción de carácter sobrenatural. Se deben descartar todas las causales naturales.

¿Puede el demonio manifestarse con fragancias delicadas? Sí, si bien es raro encontrar aromas suaves en el accionar demoníaco preternatural -suele ir acompañado de hedores nauseabundos- puede manifestarse de esta forma para engañar al alma piadosa.

¿Cómo distinguirlo? De la misma manera que las inspiraciones o revelaciones privadas. Si de lo que ella se desprende son el mayor acercamiento a Dios, Su Santa Iglesia, las Sagradas Escrituras y un impulso de santificación; podría afirmarse su carácter sobrenatural. Caso contrario, hay que rechazarlas de plano.

¿Alguna vez sentiste “aroma a santidad”? ¡Cuéntanos!

Este artículo utilizó información de Proyecto Emaús.

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