El aborto muestra el eclipse de la razón: el ser humano lleva a tal extremo su ciega rebeldía contra Dios que llega incluso a festejar la aniquilación de un pequeño inocente en el vientre. El video de reggaeton “Himno de gracias a Dios por el aborto” revela a qué niveles sorprendentes pueden llegar el desprecio a la vida y el odio a la Iglesia Católica.

El 13 de octubre, la artista Viva Ruiz lanzó su blasfemo video de reggaeton en donde agradece a Dios por el aborto, ridiculiza a los defensores de la vida y ofende de múltiples formas a la católicos.

Aquí puedes ver el video “Himno de gracias a Dios por el aborto” (Las imágenes y el lenguaje son ofensivos)

El video comienza con un conjunto de activistas provida que vociferan sonidos indistinguibles y tienes carteles que dicen “Soy la generación pro-odio” y “Dios te odia”.

Luego unos bailarines los guían a una iglesia donde el mantel del altar proclama: “Gracias a Dios por el aborto”. Y son recibidos por una mujer con mitra papal y vestiduras que llevan inscriptas consignas abortistas.

Los bailarines están vestidos con mamelucos que versan “legal, seguro y gratuito”.

La canción dice, entre otras cosas, “Dios está bien conmigo”, “que se joda el estado, no pueden soportarlo” o “que se joda la iglesia, solo fingen”.

El tema termina con un exorcismo sobre los militantes provida que gimen “Dios, oh Dios” y “el poder de Cristo me obliga”. Finalmente expulsan el demonio del “patriarcado”.

La ideología detrás del video

En las descripciones del video, la artista y sus acompañantes dicen tener “una misión espiritual para afirmar la santidad del aborto”.

Viva Ruiz expresa expresa: “He tenido 2 abortos, soy latina, queer, fluida y cristiana. Sabemos que Dios nos ama y somos bendecidos. Bloquear el acceso al aborto es racista, es clasista, es habilista, es violencia de género”.

Según comenta el Town Hall, la militancia abortista de Viva Ruiz no es nueva. Se ha desempeñado como panelista de Planned Parenthood y participó en exposiciones de arte sobre el aborto en la ciudad de Nueva York.

¡Señor ten piedad! ¡Roguemos por la conversión de los pecadores!

Este artículo fue publicado originalmente en Town Hall.

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