Muchos santos vivieron fenómenos místicos, visiones o locuciones internas de Jesús o la Virgen María. ¿Pero sabías que Santa Teresa de Calcuta tuvo un diálogo con Cristo en su propio corazón?

La Madre Teresa es sin duda una de las más grandes santas del siglo XX, una religiosa que entregó su vida completamente a Jesús y al prójimo.

Otro aspecto menos conocido de Santa Teresa de Calcuta fue “la noche oscura del alma” en la que vivió por muchas décadas. Ella misma confesó que vivió muchos años sintiendo un vacío en su corazón, como si Dios la hubiese abandonado.

Pero hubo una ocasión en que Jesús le habló en su corazón y le pidió que realizara la obra que la hizo conocida en la India. Sí, Cristo mismo se manifestó en una locución interna a esta santa en un momento de oración, tuvo un diálogo con ella y esto es lo que le dijo.

Los testimonios de su vida espiritual se encuentran reunidos en la obra Ven, sé mi luz. Las cartas privadas de la santa de Calcuta.

Así le habló Jesús a Santa Teresa de Calcuta

Era enero de 1947 y la Madre Teresa por entonces formaba parte de la congregación Instituto de la Bienaventurada Virgen María.

Hacía un tiempo que experimentaba inspiraciones donde Jesús le pedía que dejara esa comunidad y se dedicara por entero a los pobres. Santa Teresa de Calcuta, respetó su voto de obediencia y le contó a su director espiritual lo que ocurría.

En un principio el sacerdote le pidió a la santa que dejara de pensar en las inspiraciones, que las dejara de lado. Pero un tiempo después, el párroco se convenció de que la inspiración de la Madre Teresa era Divina y la impulsó a escribir su experiencia mística al Arzobispo Monseñor Périer.

ESTO DECÍA LA CARTA

Traté de persuadir a Nuestro Señor de que intentaría llegar a ser una religiosa muy fervorosa y santa de Loreto, una verdadera víctima aquí en esta vocación—pero la respuesta vino muy clara de nuevo.

Quiero hermanas indias Misioneras de la Caridad—que serían Mi fuego de amor entre los más pobres—los enfermos—los moribundos—los niños pequeños de la calle.—Quiero que Me traigas a los pobres—y las hermanas que ofrecerían sus vidas como víctimas de Mi amor—me traerían estas almas a Mí'”. (P. 71)

Pese a las inspiración divina de Jesús, Santa Teresa de Calcuta estaba temerosa. Entonces Jesús le habló con mayor claridad:

“‘Has dicho siempre ‘haz conmigo todo lo que desees’.—Ahora quiero actuar—déjame hacerlo—Mi pequeña esposa—Mi pequeñita.—No tengas miedo—estaré siempre contigo.

Sufrirás y sufres ahora—pero si eres Mi pequeña esposa—la esposa de Jesús Crucificado tendrás que soportar estos tormentos en tu corazón.

Déjame actuar.—No Me rechaces.—Confía en Mi amorosamente—confía en Mí ciegamente. Pequeñita, dame almas-—dame las almas de los pobres niñitos de la calle.

Cómo duele—si tú sólo supieras—ver a estos niños pobres manchados de pecado. Anhelo la pureza de su amor.—Si sólo respondieras a Mi llamada—y Me trajeras estas almas—apartándolas de las manos del maligno.

Si sólo supieras cuántos pequeños caen en pecado cada día. Hay conventos con numerosas religiosas cuidando a los ricos y los que pueden valerse por sí mismos, pero para Mis muy pobres no hay absolutamente ninguna.

Es a ellos a quien anhelo—les amo.—¿Te negarás?. Pide a Su Excelencia que Me conceda esto como agradecimiento por los 25 años de gracia que le he dado”. (P.72)

Después de unos años, Santa Teresa de Calcuta recibió el permiso para fundar las Hermanas de la Caridad y se entregó por completo a Jesús y a los pobres.

¡Santa Teresa de Calcuta, ruega por nosotros!

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