María Laura Mainetti era una religiosa italiana asesinada en un ritual satánico en el año 2000. En el día del Sagrado Corazón de Jesús, el Papa Francisco reconoció mediante un decreto que se trató de un martirio.

María Laura era superiora de las Hijas de la Cruz en el instituto María Inmaculada de Chiavenna, especializado en la ayuda a jóvenes con dificultades.

La emboscada y el ritual satánico

Según reconstruye un medio local, una noche de junio, María recibió una llamada de una joven quien le dijo que estaba embarazada y necesitaba ayuda. La religiosa, aunque ya eran las 22, decidió ir a su encuentro.

Al llegar al parque del pueblo, y encontrarse con la supuesta adolescente en situación desesperada, recibió un golpe contundente en su cabeza que la descompensó.

Entonces las tres jóvenes que tramaron el asesinato bajo la forma de un ritual satánico tributo al demonio la mataron a puñaladas. Sus nombres eran Ambra Gianasso, Milena De Giambattista y Veronica Pietrobelli.

Al desplomarse después del golpe, la religiosa recibió diecinueve puñaladas. Eso, según las jóvenes, arruinó el ritual; pues el plan era que recibiera dieciocho puñaladas, seis por cada una de ellas en honor a “La Bestia” del Apocalipsis. Mientras ocurría este terrible hecho, escuchaban canciones de Marilyn Manson.

Luego de hacer un pacto de sangre, las adolescentes decidieron que debían matar a un religioso. El plan original, comenta el medio italiano, era asesinar al Monseñor Ambrogio Balatti, por entonces sacerdote del pueblo. Sin embargo abandonaron el plan porque el párroco era corpulento y les ofrecería resistencia. Entonces se decidieron por la hermana María Laura Mainetti.

Las tres adolescentes finalmente fueron descubiertas, atravesaron un proceso judicial y fueron encarceladas. Sin embargo, ya han sido liberadas, cambiaron sus identidades, rehicieron sus vidas y tienen familia. Su paradero se desconoce.

La hermana María Laura, una mártir entregada a los demás

Según comenta otro medio italiano en una crónica de la época, las adolescentes confesaron que mientras que la religiosa recibía la agresión, se puso de rodillas con las manos cruzadas en oración e imploró a Dios: “Señor, perdónalas”.

Teresina Mainetti, así era su nombre antes de convertirse en religiosa, nació en 1939 y era la décima hija de un matrimonio. Durante una confesión, un sacerdote le dijo: “Tienes que hacer algo bueno por los demás en tu vida”.

Entonces, a los dieciocho años ingresó en la Congregación Francesa de las Hijas de la Cruz, en agosto de 1959 hizo sus primeros votos como hermana María Laura y al año siguiente hizo su profesión perpetua.

Así lo recordaba el obispo de Como, Mons. Oscar Cantoni, durante una homilía en la misa por los veinte años del asesinato de la religiosa en un ritual satánico.

El obispo reconoció: “Ella se entregó a todos, de diferentes maneras. Unos meses antes de su muerte, escribió: ‘Debemos estar disponibles para todo para los demás, hasta el punto de dar nuestras vidas como Jesús’“.

¡Roguemos a Dios por todas las personas que son mártires por causa de Cristo!

Fuente: ACI Prensa

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