Así fue cómo el Papa Francisco superó la depresión gracias a la Virgen de Guadalupe

La depresión es un desorden psicológico serio que atentó contras las personas desde hace muchos años atrás. Según el manual de diagnóstico médico CIE-10 (F32 en adelante), las características de la depresión son, dentro de otras cosas, las siguiente:

“Decaimiento del ánimo, con reducción de su energía y disminución de su actividad. Se deterioran la capacidad de disfrutar, el interés y la concentración, y es frecuente un cansancio importante, incluso después de la realización de esfuerzos mínimos”.

Latinoamérica no está a salvo de esta condición. Brasil, Cuba, Paraguay, Chile y Uruguay son los países que más sufren de depresión en la región según Telesur.

Cuando el Papa Francisco atravesó una depresión

Según informa Catholic Magazine, el sacerdote Bergoglio, hoy Papa Francisco, a sus 52 años de edad, sufría de una “grave y prolongada crisis interior”, debido a los arduos e intensos labores hechos como Provincial para Argentina de la Compañía de Jesús.

Durante ese lapso de tiempo, él solo servía como confesor y celebrando Misas. La mayor parte del tiempo se la pasaba meditando y orando. Según la página, sus hermanos sacerdotes sentían mucha lástima por su condición.

Medalla de la Virgen de Guadalupe

Su médico, Selva Tissera, quien era la encargada de revisar sus dolores físicos comunes, regresó en una ocasión de viaje. Ella había ido a México, y pensó en traerle de regalo una medalla de la Virgen de Guadalupe.

“Estaba preocupada por la salud y estado emocional del padre Bergoglio y por eso le traje de México una medalla de la Virgen de Guadalupe, que compré cuando visité el santuario de la Patrona de América. Cuando se la di, Bergoglio se emocionó al punto de que se le empañaron los ojos y se la colgó al cuello”, indicó la médico según Catholic Magazine.

Según se informa, la vida del sacerdote recobró actividad y potencia, y logró salir de la depresión.

Hay que recordar que la ayuda de un especialista es necesaria para combatir todo desorden psicológico. Sin embargo, esto no quiere decir que la fe y Dios no sean el mayor apoyo en el proceso.