Hoy conmemoramos a la Virgen del Rosario. Todos los 7 de octubre la Iglesia le da mayor atención al Rosario y cómo la Virgen María intercede por todos nosotros.

Sin embargo, ¿sabías que el Rosario y la Virgen estuvieron presentes en la victoria de los cristianos en 3 batallas importantes de la historia? Gracias a cada una de ellas, la fiesta que celebramos hoy tomó más relevancia. 

Las tres batallas en que los cristianos vencieron gracias a la Virgen del Rosario

La Batalla de Muret

Se cuenta que, después de que la Virgen del Rosario se le apareciera a Santo Domingo y le enseñó a rezar el Rosario en 1208, este santo propagó la devoción a los soldados que obedecían las órdenes de su amigo Simón IV de Montfort. 

Ellos se encontraban a punto de entrar en batalla contra la Corona de Aragón y sus aliados en Muret, sur de Francia. Se encontraban en desventaja por tener menos soldados. Aun así, Monfort salió victorioso e indicó que fue por la interseción de la Virgen del Rosario. 

Monfort construyó una capilla en este en nombre de esta devoción, convirtiéndose en la primera iglesia construida en honor al Rosario. 

La Batalla de Lepanto

En la ciudad griega Náfpaktos (Lepanto en italiano) se libró, en 1571, una batalla cuyo objetivo era detener a los turcos en dominar el mediterráneo. Si los cristianos perdían, sería el fin de su cultura. 

Al mismo tiempo en que este combate marítimo sucedía, el Papa Pío V mandó a los fieles a rezar el Rosario a favor de los cristianos. 

Los cristianos ganaron, los barcos turcos fueron hundidos en su mayoría y los soldados musulmanes no tuvieron soporte marítimos para avanzar por tierra, por lo que tuvieron que retroceder.  

Se le atribuyó esta victoria a la Virgen del Rosario, por lo que el Papa Gregorio XIII, en 1573, denominó el 7 de octubre como fiesta a esta advocación. 

La Batalla de Temesvár

En 1716 los turcos habían invadido territorios europeos que había perdido en guerras pasadas. El Sacro Imperio Romano Germánico, aliada con las Repúblicas de Venecia, se enfrentaron contra los musulmanes. 

En Temesvár, actual Rumania, el Príncipe Eugenio de Saboya logró derrotar al ejército turco, que era dos veces más grandes que el suyo. 

El Papa Clemente XI lo atribuyó a la Virgen del Rosario debido a que sucedió en una fecha mariana de la zona, y proclamó que la fiesta se celebraría universalmente en toda la Iglesia. 

¡Virgen del Rosario, ayúdanos a dar las batallas por la conversión de las almas!

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