Ante el incendio de la Catedral de Notre Dame, ocurrido ayer en París, muchos vieron este hecho como una muestra del cambio en la Iglesia actual. Los católicos de Francia, quizás del mundo, recordarán este momento como un impacto profundo en su vida religiosa.

El fraile dominico Aquinas Guilbeau, profesor de Teología Moral en la Pontifical Faculty of the Immaculate Conception (PFIC), Washington DC, Estados Unidos, compartió en Twitter unas simples líneas sobre lo sucedido que guardan una reflexión profunda.

Su publicación dice:

“Solo hay una opción: ‘Repara mi iglesia’”

A lo que luego agrega:

“No cometamos el mismo error de San Francisco cuando él escuchó estas palabras de nuestro Señor. Dios no se refería solamente en el edificio”.

El fraile Aquinas se refería a lo que vivió San Francisco de Asís al momento de su conversión. Entre noviembre y diciembre de 1205 Francisco fue de paseo y encontró la vieja iglesia de San Damián, fuera de Asís.

Entró a rezar, y en plena oración escuchó la voz de Dios que le dijo: “Francisco, repara mi iglesia; ¿no ves que se hunde?”. Él pensó que se refería a la iglesia de San Damián, pero luego, al encontrar su vocación, se dio cuenta que estaba llamado a reformar la Iglesia con su orden.

Con estas simples líneas, el fraile tomó el incendio de Notre Dame como una alegoría con lo que le sucedió a San Francisco. Aún más cuando este hecho ocurrió en un momento de crisis profunda en la Iglesia.

Para el fraile Aquinas, este sería un buen momento de reconstruir la Iglesia, no solo la catedral de Notre Dame, sino la Universal.  

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