Charbel Raish compartió su peculiar historia de conversión en una entrevista a Parusia Media. Indicó que él se crió como católico, pero como muchos no conocía muy bien su fe.

Un día conoció a unos musulmanes de su escuela, ellos le argumentaron inteligentemente su punto de vista religiosa. Él no supo cómo responder a sus objeciones y argumentos, y como resultado, lo convencieron para que se convirtiera al Islam.

Inclusive él empezó a frecuentar la mezquita de su pueblo para poder conocer más dicha religión. Empezó su camino como un musulmán practicante.

Cuando se sintió listo, fue y le dijo a su madre que se había convertido al islam. Ella, lejos de enojarse con él,  lo retó a visitar a la iglesia católica del pueblo donde ella asistía, y que le pregunte a Jesús Eucaristía si debía ser musulmán.

Él fue, y a pesar que la iglesia estaba a 3 minutos de su casa, él lo sintió como una caminata de 3 horas. Al entrar, se arrodilló frente al Santísimo, y una señora se acercó a prender una vela cerca donde él estaba.

Sintió dentro de él una seguridad que le hizo afirmar que consideraba a esa señora como una santa. Pero eso hizo resonancia con su opción al Islam pues, según su nueva religión, esa señora se iría al infierno por ser católica, y algo de ese argumento no le pareció correcto.

De pronto, según afirma Raish, cuando volvió a mirar al Santísimo, el rostro del hombre de la Sábana Santa, Jesús, se le apareció en el tabernáculo, y escuchó una voz en su interior que decía: “Charbel, ¿vas a renunciar a todo lo que he hecho por ti?”.

Él supo que era Jesús quien le decía estas palabras. Entonces, en respuesta, dijo: “No, Señor, no voy a rendirme”. Dice que sintió que se le quitaba un gran peso de los hombros y fue entonces que decidió volver al catolicismo, religión a la que pertenece hasta el día de hoy.

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