En el Concilio de Toledo, España, en el año 656, se fijó una fecha para celebrar la espera del parto de la Virgen María. Se le conoce mayoritariamente con el nombre de “La Fiesta de la Virgen de la Esperanza”.

Sucede que entre el 18 y el 23 de diciembre, en las oraciones de las Vísperas, en la Liturgia de las Horas, se rezaba unas antífonas antes del Magníficat que decía:

“Oh Sabiduría… Oh Adonai… Oh renuevo del tronco de Jesé… Oh llave de David”

Una costumbre española en esa fecha es que el coro, al momento de cantar la dicha antífona, alargaban el “oh” representando asombro y una “larga espera” del nacimiento de Jesús.

Desde entonces, por costumbre y tradición, a la Virgen de la Esperanza, así como también es conocida como la Virgen de la Espera, se la conoce también como “Santa María de la Oh”.

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