Fácilmente podemos enterarnos en las redes sociales, o en alguna historia sobre alguien que conocemos, cómo “el karma” estuvo presente en alguna tragedia.

La palabra karma está presente en la cultura popular y la encontramos en las películas o en las series de televisión que solemos consumir.

Esto genera la confusión de si en el cristianismo pueda haber algo parecido al karma. Para mostrar las claras diferencias entre esta idea y lo que sostenemos los católicos hemos detectado al menos 4 diferencias.

Premios y castigos

En el karma, si acumulamos buenas acciones en esta vida, la siguiente será mucho mejor. Así mismo, si tendemos a cometer males más que bienes, nuestra siguiente vida habrán calamidades para genera un “balance” en el cosmos.

El cristiano no cree en esto. Dios no castiga, ya que envió a su único Hijo para reconciliarnos con Él. A partir de ese momento si seguimos empecinados en el mal, el resultado será el infierno. Pero no por castigo, sino por consecuencia de nuestras acciones. Aun así, Cristo murió para que siempre haya perdón y arrepentimiento. Para que nunca sea tarde para retornar a Él. Para limpiarnos del pecado.

Fuerza invisible y Dios

Al creer en el Karma se cree que existe una fuerza cósmica invisible que busca mantener un orden en la existencia. Los budistas indican que es posible hacerse uno con este cosmos.

El cristianismo no cree en una fuerza espiritual, cree en un Dios Uno y Trino. Dios Padre creador, Dios Hijo Redentor y Dios Espíritu Santo dador de Vida. Además, estamos llamados a ir al Cielo. Y vivir en la eternidad con Dios.

Resurrección y Reencarnación

El karma expone la reencarnación. Si se es bueno en esta vida, se tendrá una vida mejor después de morir. Uno entra en un círculo infinito de vidas. La calidad de cada una dependerá de las cosas buenas o malas que hiciste en la vida anterior.

Los cristianos creen en la resurrección. No vamos a tener varias vidas después de esta. Hay una Nueva Vida en Cristo. Iremos al cielo al morir. Y en el fin de los tiempos resucitaremos con nuevos cuerpos. Así como Cristo lo hizo.

Salvación

Los budistas indican que uno puede salir del círculo de las reencarnaciones domándose a sí mismo y conectándose más con el cosmos. Pero son las propias acciones las que permiten salvarnos del círculo infinito de la reencarnación.

Los cristianos creemos en la cooperación con la gracia. Pero estamos seguros que no nos salvamos por nuestras propias acciones. Es Cristo y su muerte en la Cruz la que nos salvó.   

¡Ahora tienes en claro las diferencias! 

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