Un video sencillo y lleno de ternura ha tocado el corazón de miles de personas en las redes sociales en los últimos días. La grabación muestra a la pequeña Sara jugando en el patio de su casa durante la noche, observando el cielo con inocencia, sin saber que estaba siendo filmada por su madre.
En cierto momento, mira hacia lo alto y dice, con voz dulce y convencida:
“Hola Dios, ¿todo bien? Te amo. Feliz cumpleaños. ¿Puedes responderme?”.
Pocos segundos después, un relámpago ilumina el cielo. La niña, sorprendida, reacciona encantada ante el destello. El gesto espontáneo fue interpretado por muchos usuarios en redes sociales como una “respuesta divina”.
La fe sencilla que evangeliza
El video se viralizó en las redes sociales, alcanzando millones de visualizaciones y miles de comentarios que expresan fe, emoción y admiración por la sinceridad de la niña. Muchos señalaron que el momento es un poderoso recordatorio de que Dios realmente escucha — especialmente a los pequeños.
La madre de la niña, Suelen Adriani, comentó sobre el episodio:
“Ella es simplemente así, apasionada por Dios y su creación. Ya la he escuchado conversando con Dios innumerables veces, pidiendo por personas que ni siquiera conoce. Tiene un corazón puro y libre de cualquier tipo de prejuicio”.
El texto que acompaña el video refuerza esta relación íntima y confiada de la pequeña con Dios, como si fuera un amigo cercano con quien conversa con naturalidad todos los días.
“Dejen que los niños vengan a mí”
En la tradición cristiana, especialmente a la luz del Evangelio, los niños tienen un lugar privilegiado en el corazón de Dios. Como dijo Jesús:
“Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos” (Mc 10,14).
El gesto de Sara refleja exactamente esta enseñanza. Su oración no tiene formalidades, no busca méritos, no espera “likes”. Es un amor gratuito, una entrega sin cálculos — del modo que a Dios le agrada.
Un recordatorio para la Navidad
El video se convirtió en un símbolo de la pureza de la fe infantil, especialmente en una época como la Navidad, momento en que los cristianos celebran el nacimiento de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
La frase “Feliz cumpleaños, Dios”, dicha por una niña sin ensayo ni guión, refuerza el mensaje central de la fecha: Dios quiso nacer pequeño para estar más cerca de los pequeños. Se hizo frágil para acoger a los frágiles. Y se revela, muchas veces, en las cosas más simples.
En tiempos ruidosos, la escena de una niña hablando con el Cielo nos devuelve algo esencial: el recuerdo de que la fe no necesita ser compleja para ser profunda. A veces, todo lo que Dios espera de nosotros es exactamente lo que hizo esta niña — mirar hacia lo alto, decir “te amo” y esperar, con el corazón abierto, que Él responda.
