¿Quién no se ha sentido solo o triste al menos una vez en la vida? La soledad afecta a muchas personas en mayor o menor frecuencia. Si te sientes así, ofrece este sufrimiento a Dios y con su ayuda saldrás adelante.

Muchos santos sufrieron de soledad y más de uno estuvo triste alguna vez. Uno de ellos fue el gran Padre Pío de Pietrelcina. Esta es la oración que solía rezar en esos momentos:

Quédate conmigo, Señor,
porque es necesario
que estés presente
para que no te olvide.
Ya sabes lo fácil
que te abandono.

Quédate conmigo, Señor,
porque soy débil
y necesito tu fuerza
para no caer tan a menudo.

Quédate conmigo, Señor,
porque tú eres mi vida,
y sin ti, no tengo fervor.

Quédate conmigo, Señor,
porque tú eres mi luz,
y sin ti, estoy en tinieblas.

Quédate conmigo, Señor,
para que escuche tu voz
y te siga.

Quédate conmigo, Señor,
porque deseo amarte mucho
y estar siempre en tu compañía.

Quédate conmigo, Señor,
si deseas que te sea fiel.

Quédate conmigo, Señor,
porque por pobre que sea mi alma,
quiero que sea un lugar
de consuelo para Ti,
un nido de amor.

Amén

¡No te sientas triste! Acércate a Jesús como nos enseña el Padre Pío en esta bella oracion.

Comparte