Desde otras confesiones religiosas, se acusa a los católicos de celebrar la Navidad porque creen -erróneamente- que esta solemnidad tiene un origen pagano. Sin embargo, la festividad del nacimiento de Jesús es completamente cristiana y bíblica. Aquí te lo explicamos.
Lo primero que debemos decir es que el fundamento de la Navidad es absolutamente bíblico. Jesús, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, nació de la Virgen María siendo verdadero Dios y verdadero hombre, es decir, con su naturaleza humana y divina. Cristo vino a este mundo como un pequeño niño en un pesebre.
Esto es lo que celebramos los católicos cada 25 de diciembre: recordamos este momento fundamental en la historia de la Salvación.
¿Te dijeron que Navidad tiene un origen pagano? Lo que un católico debe saber
Desde el punto de vista histórico, la Navidad es una de las fiestas más antiguas de los cristianos. Existen testimonios de que ya se celebraba en el año 353 d.C., lo cual indica que hace 1600 años ya se conmemoraba el nacimiento del Salvador.
La reverencia a diferentes momentos de la vida de Jesús, como es de esperar, tuvo una evolución y un desarrollo histórico. En los años inmediatos a Su muerte y Resurrección, los cristianos estaban preocupados por el inminente regreso de Cristo, es decir, la segunda venida o Parusía.
En ese contexto de persecusiones y con la expectativa de que el Señor volvería en cualquier momento, los fieles se concentraron exclusivamente en la Pascua.
Con el tiempo, ya hacia fines del siglo I y durante el siglo II d.C., los cristianos tomaron conciencia de que el regreso de Jesús no ocurriría de inmediato sino que habría de transcurrir un período más o menos largo hasta el fin de los tiempos. Fue entonces cuando surgió un renovado interés por conocer más sobre distintos momentos de la vida de Jesús, y tomaron conciencia del nacimiento como un momento clave en el plan de salvación de Dios.
Conscientes de la importancia del nacimiento, los primeros cristianos se interesaron por la gruta de Belén, el lugar donde Jesús había venido al mundo. Así surgió la devoción por el nacimiento como un acontecimiento salvífico que debía ser debidamente reverenciado.
¿Y cuándo se estableció la fecha del 25 de diciembre?
Este es el punto que muchos hermanos alejados de la Iglesia utilizan para descalificar la Navidad. Inicialmente, no existió un consenso sobre el día en que Jesús había nacido y, por tanto, en qué día debía celebrarse Su nacimiento.
En Oriente, en el siglo III, algunos fijaban el nacimiento de Cristo el 20 de mayo, otros el 20 de abril y aun otros el 17 de noviembre. Ya para 353 d.C. la Navidad se celebraba en Roma el 25 de diciembre y así continuó por 1600 años. Pero, ¿por qué se eligió ese día?
Aquí hay dos teorías que podrían complementarse. La primera es que los cristianos, en su afán de cristianizar el Imperio Romano, tomaron la fecha del aniversario de una deidad romana del Sol Invictus. El 25 de diciembre, según el calendario romano, era el día del solsticio de invierno, cuando las horas de luz comienzan a alargarse y las noches se acortan.
Según esta teoría, los cristianos buscaron mostrar la importancia del nacimiento de Jesús en esa fecha mientras procuraban desarraigar la festividad pagana de la vida de los fieles.
La segunda teoría sostiene que tal elección responde a que antiguamente se creía que Jesús se había encarnado un 25 de marzo, de allí que al sumar los 9 meses del embarazo de la Virgen María, se obtuviese la fecha del 25 de diciembre como el día del nacimiento.
En cualquiera de los dos casos, la Navidad sigue siendo una celebración completamente bíblica. Más allá del día elegido, los católicos recordamos que Jesús vino al mundo para salvarnos del pecado y la muerte eterna, que nació de la Santa María Virgen y recordamos con especial devoción ese momento preciso en el plan salvífico de Dios.